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Publicaba hace una semana la prensa británica, concretamente The Guardian, un artículo en el que se hacía eco de que Bruselas va a introducir una amplia reforma de las subvenciones agrícolas para intentar frenar el declive de las pequeñas explotaciones y protegerlas de la intensificación de la agricultura fomentada durante décadas de políticas anteriores. Esta situación, con más ganado concentrado en un número menor de explotaciones, se vio acelerada a consecuencia de la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea desde su introducción en 1962. La reforma de la PAC anunciada incluirá medidas para animar a los agricultores a dejar más espacio para la fauna y la flora, adoptando normas orgánicas para el ganado, utilizando menos fertilizantes y pesticidas químicos o fomentado el poder cultivar suelos sanos. El objetivo del Comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, es proteger a las pequeñas y medianas explotaciones, las cuales pueden garantizar la seguridad alimentaria de los ciudadanos europeos de la UE y proporcionar algo más que alimentos en el sentido de beneficios medioambientales y sanitarios. Los consumidores nos beneficiaríamos de poder disponer de mejores productos ya que la intención es aumentar los alimentos ecológicos del 8% al 25% en la próxima década. Sin duda, esta reforma de la PAC dará que hablar porque en estos momentos, muchas de las fincas de Menorca dependen de todas estas ayudas.

El sector primario menorquín cumple una función estratégica en la conservación de nuestro entorno natural y paisajístico, que es precisamente, una de nuestras fortalezas como destino turístico. En esta misma línea, sorprende que se excluya a los propietarios de casas situadas en rústico el poderlas comercializar turísticamente. Hace unos días desde Agrame, la Asociación de Empresarios de Explotaciones Agrarias de Menorca, levantaban la voz frente a la nueva normativa del Plan Territorial Insular que se quiere aprobar para que se autorice a los propietarios de estas viviendas, el poder generar rendimientos económicos ligados al turismo. En sus alegaciones afirmaban que Menorca es un lugar ideal para el turismo familiar. Sería un balón de oxígeno para contribuir al costoso mantenimiento de todas estas fincas. La pandemia nos ha reconectado con la naturaleza y hemos encontrado en ella nuestro salvavidas durante todos estos meses. Por ello, sigamos cuidando del campo, lo necesitamos.