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Los coches se deterioran con el paso del tiempo y del uso. Aunque hay costumbres que pueden estropearlos más rápido y gestos que pueden alargar su vida útil, es inevitable que los vehículos sientan los achaques del paso del tiempo en cada uno de sus componentes.

El exterior del coche, además, es una de las partes que más sufre en las agresiones del exterior y del clima. Uno de los elementos que se estropea y cuyo deterioro puede pasar desapercibido con los faros. O, mejor dicho, las cubiertas de plástico que cubren las bombillas.

Conforme pasan los años, estas cubiertas de plástico pierden su transparencia y amarillean, por lo que no dejan que las luces iluminen todo lo bien que deberían, afectando incluso a la capacidad de del conductor de ver correctamente de noche. Cuando la luz y la suciedad van erosionando el faro, este se opaca y la mejor solución para devolverle su transparencia, además de sustituir la carcasa, es puliéndolo.

Los faros se pueden pulir de forma casera con pasta de dientes y desde Ro-Des dan el visto bueno a este sistema, aunque quizás sea demasiado delicado para el resultado que queramos obtener.

Lo mejor es optar por un producto específico y seguir las instrucciones del mismo, aunque por lo general no suele ser necesario desmontar el faro tan siquiera. Habrá que aplicar el producto con sumo cuidado sobre la zona previamente limpia y preparada para ello. También habrá que proteger los bordes la carrocería para que el pulimento no le afecte y, entonces, comenzar a aplicar el producto. Antes de este paso, es aconsejable pulir el faro siempre con cuidado de no pasarse ni con la fricción ni con la presión que apliquemos.

Habitualmente, el pulimento de los faros dura unos 3 años, aunque siempre hay que ver en qué condiciones solemos conducir. Si se percibe este plástico roto o rajado, lo mejor será sustituirlo directamente por otro..