«Hemos asistido a un circo mediático, donde el más difícil todavía se ha convertido en un vertedero de informaciones carentes del respeto a la intimidad e historia de las personas y que producen sufrimiento en los círculos más cercanos, como la familia, y el mismo Obispado», afirma en la carta dominical que la Conferencia Episcopal Tarraconense ha publicado en su web y que ya está disponible en las parroquias.
Romà Casanova señala en la carta que la diócesis está viviendo una situación anómala y agrega que la «llamada al respeto y huir de las especulaciones vanas es necesaria para el bien de todos».
El también obispo de Vic (Barcelona) apunta que la Diócesis de Solsona vive una situación anómala, de perplejidad, al conocer la renuncia y a las informaciones que apuntaban a que «las razones personales que fundamentaban la renuncia eran de tipo sentimental».
«Eso nos hacía aún más dolorosa la pérdida, porque nos hacía nacer en el corazón sentimientos de pena intensa al captarlo como 'fidelidad truncada' o de forma personal, de 'paternidad abandonada' o también 'fraternidad agitada'», remarca Casanova.
En este contexto, insiste en que «ni la perplejidad ni el dolor a raíz de esta renuncia y de sus motivos pueden hacer perder el respeto hacia su persona, la cual, como todas, tiene su dignidad inalienable».
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