Ferrer Sala nació en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona) en 1925 y trabajó en la compañía más de 70 años, «llegando a ser el gran artífice de Freixenet y situando la marca como líder mundial del cava».
Durante su carrera, contribuyó a la modernización y la internacionalización de la marca, de la que fue director general a partir de 1959 y presidente desde 1978. La empresa ha destacado que bajo su liderazgo se modernizó el área de producción, amplió la bodega, impulsó las ventas y, «en especial, la expansión internacional».
En 1999 se retiró del día a día de la empresa, aunque siguió formando parte del Consejo de Sabios junto a sus hermanas, y en 2018 «tuvo un importante rol en la alianza entre Henkell y Freixenet».
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