En concreto, 2,9 millones de menores de dieciocho años, un 34,4 % del total, se encontraban en esta situación el año pasado, una cota por encima de la media europea que se situó en el 26,9 %.
El número de niños en riesgo en España ha aumentado en cerca de 100.000 desde 2010, cuando se registró una tasa del 33,3 % (2,8 millones de niños).
En el conjunto de los Veintiocho, 25 millones de niños con edades comprendidas entre 0 y 17 años, el 26,9 %, estaban en riesgo de pobreza o exclusión social en 2015.
Frente a las cifras españolas, la media comunitaria ha descendido ligeramente desde el 27,5 % de 2010 al porcentaje registrado el año pasado, pese a las diferentes tendencias detectadas en los Estados miembros.
En el conjunto de la UE, en 2015 solo tuvieron una tasa superior a la española Rumanía (46,8 %), Bulgaria (43,7 %), Grecia (37,8 %) y Hungría (36,1 %).
Por el contrario, los menores niveles se detectaron en Suecia (14 %), Finlandia (14,9 %), Dinamarca (15,7 %), Eslovenia (16,6 %) y Holanda (17,2 %), así como Alemania y la República Checa (18,5 %).
Estas cifras incluyen a los niños europeos que padecen riesgo de pobreza en relación con el nivel de ingresos, privación material severa o que viven en hogares con intensidad de trabajo muy baja, las tres formas de exclusión analizadas.
Alrededor de la mitad de países en la UE experimentaron aumentos en las tasas de pobreza infantil entre 2010 y 2015, incluidas las principales alzas de Grecia (9,1 puntos porcentuales más el año pasado), Chipre (7,1 puntos) e Italia (4 puntos).
Los descensos más acusados tuvieron lugar en Letonia (10,9 puntos porcentuales menos durante los últimos cinco años), Bulgaria (6,1 puntos) y Polonia (4,2 puntos).
Según Eurostat, los bajos niveles educativos de los padres incrementan el riesgo de pobreza y exclusión social de los niños en todo el territorio comunitario.
Así, durante 2015, casi dos tercios (65,5 %) de los menores de edad cuyos progenitores habían superado, como máximo, los niveles inferiores de la educación secundaria, estaban amenazados por la pobreza, frente al 30,3 % de los niños con padres que habían completado los niveles superiores de educación secundaria.
Solo el 10,6 % de menores comunitarios en riesgo de exclusión social tenía padres con estudios superiores.
Las mayores diferencias entre el porcentaje de niños pobres cuyas familias tenían estudios inferiores y superiores se registró en Eslovaquia (83,4 puntos porcentuales entre las familias que habían completado la educación básica y la terciaria), Bulgaria (79,4) y la República Checa (78,6), mientras que los menores márgenes se produjeron en Dinamarca (34,7), Estonia (35,7) y Portugal (38,4).
En España, el 64,8 % de los menores en riesgo de exclusión social tenían padres con estudios básicos, frente al 14,7 % cuyos progenitores habían concluido la educación superior.
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