Este modelo cuenta con una imagen impresionante, que cuenta con detalles rojos que realzan su deportividad.

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Esta semana le toca el turno al artículo de una prueba que teníamos muchas ganas de hacer, la del Mini Countryman John Cooper Works, el «apellido» del cual corresponde a los modelos más deportivos de la firma alemana y anteriormente británica.

Sólo ver su estética ya destaca por tener una imagen bastante radical, aunque para mí el conjunto aúna a la perfección modernidad, sobriedad y más deportividad.

La primera versión de esta versión de Mini del segmento B se puso a la venta en el año 2010, la segunda en 2017 y esta tercera versión llega también al cabo de 7 años, en 2024. Curiosamente, aunque como suele ser norma en la mayoría de vehículos, ha ido creciendo un poco en cada renovación. Empezó con 4,095 de largo y esta última ha llegado a los 4,43 m de largo.

Estéticamente, la parte delantera destaca por disponer de unos nuevos faros led con un diseño original y que confieren al vehículo ese toque elegante que comentábamos antes. Esta versión deportiva también destaca por tener una parrilla con el patrón de una bandera a cuadros.

La parte posterior va a conjunto con la delantera, ya que cuenta también con unos faros en posición vertical con una iluminación muy bonita.

Otro rasgo estético de esta variante tan deportiva está en los tonos de rojo que se encuentran en el techo, en los espejos y en molduras. Los parachoques también son más voluminosos en esta versión.

En cuanto a motorización, la variante más potente de la gama cuenta con el motor de gasolina de 2.0 litros de cuatro cilindros TwinPower Turbo que, gracias a las modificaciones realizadas en esta última versión ahora ha llegado hasta los 300 CV de potencia y 400 Nm de par máximo en ambos ejes, unas cifras muy notables y que se notan muchísimo en el comportamiento del vehículo. Además destaca por tener una caja de cambios automática de siete relaciones. Tarda sólo 5,4 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h y consigue una velocidad máxima de 250 Km/h.

El consumo anunciado por marca, de 6,7 litros a los 100 Km nosotros lo hemos subido hasta los 8,3 litros, que tampoco es una cifra muy alta teniendo en cuenta la potencia de la que dispone. Si se conduce de una manera más extrema, este consumo se puede disparar hasta los 10 ó 11 litros.

En cuanto al comportamiento en carretera, como no podía ser de otra manera en un modelo Mini- aunque sea el Countryman-, su estabilidad es extraordinaria y se mantiene en carretera como un Scalextric gracias a la tracción a las cuatro ruedas, aunque hay que decir que las suspensiones son más blandas que en el modelo de dos puertas, con lo que la comodidad de sus ocupantes no se ve mermada en absoluto, sino que se pueden hacer viajes largos sin que se noten los Km en los riñones.

En el interior de este JCW vuelve a tener detalles en rojo en el tejido del salpicadero y de las puertas, con lo que se aumenta este aspecto deportivo.

La marca seguro que ha puesto tela de gran calidad para que aguante el paso de los años, aunque se aparque mucho al sol.

El espacio interior es uno de los grandes alicientes de este vehículo, que va de la mano con un minimalismo total, ya que tiene muy pocos mandos físicos, a excepción del volante, donde sí que se pueden manejar la radio, pantalla central, etc.

Pero sin duda, una de las grandes protagonistas del interior de este Mini es la pantalla redonda OLED de la consola central, donde se combinan las funciones del cuadro de instrumentos y del sistema de infoentretenimiento. Tiene un tamaño importante y se ve perfectamente de día y de noche, aspecto que se puede personalizar con diferentes modos de visualización en función del Mini Experience Mode seleccionado. Hay varios disponibles, que influyen sobre la conducción y en la luz ambiente del vehículo.

Justo debajo de la pantalla hay pocos botones, entre los cuales se incluyen el selector de marchas, los modos de experiencia, el volumen… Y también está el botón de arranque, que simula una llave.

Es una pena que no tenga algún mando que controle por ejemplo la climatización del coche porque es una función que se utiliza muy a menudo.

La capacidad del maletero es otro de los grandes alicientes de este vehículo, ya que los 460 litros, ampliables hasta los 1.520 litros con los asientos abatidos, permiten que se puedan transportar paquetes voluminosos.

Podéis ver y probar este Mini John Cooper Works en el concesionario Proa Premium, situado en Gran Via Asima, 19 Nord, en el polígon de Son Castelló.