Imagen de unas vías de tren. | 652234

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Irán y Rusia firmaron este miércoles un acuerdo para la construcción de un ferrocarril entre las ciudades iraníes de Astara y Rasht, que forma parte del naciente Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur, cuyo objetivo es potenciar el comercio en la región. El acuerdo para la financiación y construcción del ferrocarril Astara-Rasht se firmó en Teherán y contó con la presencia del presidente de Irán, Ebrahim Raisí, y de su homólogo ruso, Vladimir Putin, por videoconferencia.

La línea ferroviaria de 162 kilómetros tendrá un coste de 1.600 millones de dólares y conectará las ciudades de Astara, en la frontera con Azerbaiyán, con Rasht, situada en la costa del mar Caspio. El proyecto forma parte del Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur, que tiene por objetivo vincular Asia central, Europa y el sur de Asia, y que puede competir con el Canal de Suez, según Rusia.

«Nuestra exitosa interacción en el marco de un proyecto tan significativo refleja el alto nivel y el carácter fructífero, mutuamente provechoso de las relaciones ruso-iraníes», afirmó Putin durante la ceremonia, transmitida por la televisión estatal rusa y la iraní. El mandatario recalcó que la línea ferroviaria que recorre la costa del mar Caspio conectará los puertos rusos del Báltico con puertos iraníes en el Océano Índico y en el golfo Pérsico.

Raisí, por su parte, describió la firma del acuerdo como un momento «estratégico» de la cooperación entre Irán y Rusia y aseguró que el nuevo corredor «diversificará las rutas globales de transporte». Irán espera que el Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur ayude al país a convertirse en un centro económico para hacer frente a las sanciones estadounidenses que merman su economía.

«Con la finalización del ferrocarril norte-sur, Irán recuperará su histórico estatus en Asia como centro comercial», afirmó ayer el portavoz del Gobierno iraní, Ali Bahadori Jahromi. Las relaciones entre Irán y Rusia se han fortalecido en el último año, desde la invasión de Ucrania, en temas económicos, políticos y militares, para hacer frente a las sanciones internacionales que merman sus economías. Teherán y Moscú están expandiendo su cooperación en petróleo y gas, al mismo tiempo que profundizan su relación militar con la venta de drones y cazas de combate.