En un comunicado publicado por medios oficiales persas, el ayatolá Jamenei culpó a la «gente más cruel de la tierra» del asesinato del «honorable» comandante que «luchó valientemente durante años contra los males y los bandidos del mundo».
«Su fallecimiento no detendrá su misión, pero los criminales que han manchado sus manos con la sangre del general Soleimani y de otros mártires en el ataque del jueves por la noche deben esperar una dura venganza», agregó el líder.
Estados Unidos ha reivindicado este viernes la muerte del general iraní Qassen Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, en un ataque en el aeropuerto de Bagdad «para proteger al personal estadounidense en el extranjero».
El Pentágono, que ha especificado que ha sido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el que ha dirigido el ataque, ha explicado en un comunicado que Soleimani «estaba desarrollando activamente planes para atacar a los diplomáticos estadounidenses en Irak y en toda la región».
El general Soleimani era el encargado de las operaciones fuera de Irán de los Guardianes de la Revolución y ha estado presente sobre el terreno en Siria y en Irak, supervisando a las milicias respaldadas por Teherán en ambos países árabes.
Jamenei subrayó este viernes que el «mártir Soleimani es una figura internacional de la Resistencia, y todos los devotos de la Resistencia son ahora sus vengadores».
«Todos los amigos y enemigos deben saber que el camino de la yihad de la resistencia (guerra santa) continuará con doble motivación, y una victoria definitiva espera a quienes luchan en este camino», precisó Jamenei en este comunicado.
El dirigente iraní insistió en que «la desaparición de nuestro desinteresado y querido general es amarga, pero la lucha continua y el logro de la victoria final hará que la vida sea más amarga para los asesinos y criminales».
En su declaración, el líder iraní también expresó sus condolencias a la nación y a la familia del general Soleimani, y declaró tres días de duelo nacional.
El presunto bombardeo selectivo tuvo lugar en la madrugada del viernes, después de que las tensiones aumentaran en los pasados días entre Washington y Teherán con el asalto de seguidores de la Multitud Popular a la Embajada estadounidense en Bagdad el 31 de diciembre, cuando consiguieron irrumpir y quemar una pequeña parte del complejo.
A su vez, ese asalto fue en respuesta a un ataque norteamericano contra posiciones de algunos batallones de las milicias iraquíes en el oeste de Irak el día 29, cuando según la Multitud Popular fallecieron 25 de sus hombres y más de 50 resultaron heridos.
El Pentágono aseguró en ese momento que lanzó «ataques defensivos» contra la agrupación Kata'ib Hizbulá, que opera bajo el paraguas de la Multitud Popular y a la que responsabiliza del lanzamiento de proyectiles y cohetes contra intereses estadounidenses en suelo iraquí.
El ministro iraní de Defensa, el general Amir Hatami, también prometió este viernes que se vengará de «todos los que están detrás del asesinato».
«Sin lugar a dudas, este crimen atroz, que es una prueba contundente de la naturaleza malvada del Gran Satanás, el arrogante Estados Unidos y su apoyo total al terrorismo en la región e Irak, será respondido de una manera aplastante», precisó el militar.
Anteriormente, el ex comandante del IRGC, el mayor general Mohsen Rezaei, también prometió una «dura venganza» contra los autores de los presuntos asesinatos.
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