Iglesias ha dicho en varias entrevistas que Sánchez «no fue claro» cuando en el segundo debate electoral afirmó que no tenía planes de pactar con Cs.
«No es verdad, no lo confirmó y eso es una mala noticia», ha recalcado el candidato de Unidas Podemos, para quien Sánchez tenía «muy fácil» decir que no iba a pactar con Ciudadanos.
Ha subrayado que cuando un político no quiere contestar responde con evasivas o frases ambiguas y cuando quiere hacerlo dice «claramente sí o no».
Sánchez buscó, sin embargo, una «fórmula extraña», lo que, en su opinión, se debe a que va a recibir «muchas presiones» procedentes tanto de sectores socialistas como económicos para que, si dan los resultados, opte por Ciudadanos, de cuyo «cordón sanitario» al PSOE también ha dudado.
No obstante, Iglesias ha incidido en que esa ambigüedad del presidente del Gobierno ha hecho que muchos votantes de izquierda hayan entendido que el voto más eficaz es a Unidas Podemos.
Se ha mostrado convencido de que habrá un gobierno de izquierdas y, aunque ha instado a esperar a los resultados porque «habrá sorpresas», ha insistido en su intención de formar un gobierno de coalición con el PSOE y ha asegurado que están «más cerca que nunca de gobernar».
Según Iglesias, el PSOE suele hacer propuestas «muy sensatas» durante las campañas electorales pero «luego rara vez las cumple», y ha señalado que «no basta con decir que viene el lobo, hay que tener un proyecto para el país».
Por eso, ha destacado que el voto a Unidas Podemos vale doble porque sirve para que la derecha no llegue al Gobierno y porque además tiene claras sus propuestas para mejorar la vida de la gente.
Si no acierta en sus pronósticos y Unidas Podemos obtiene malos resultados, Iglesias ha dejado claro que siempre cumplirá con su responsabilidad y que «cuando un resultado es malo, uno lo que tiene que hacer es poner su cargo a disposición del partido».
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Entre banderas republicanas muy constitucionalista no se perfila el personaje a pesar de sus patéticos intentos de venderse como tal en los debates, emulando el estilo Maduro “librillo en mano”.