Toño Pérez, Pepe Rodríguez y Tamara Falcó, durante la semifinal de MasterChef 12, emitida este lunes en TVE. | X: @MasterChef_es

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Tamara Falcó ha vuelto este lunes a los fogones de 'MasterChef'. La que fuera ganadora de la edición del prestigioso concurso de cocina en su versión Celebrity, ha acompañado a los aspirantes de la 12º edición en la semifinal. La marquesa de Griñón ha aprovechado para conversar con quienes fueron sus jueces en su paso por el programa, con los que mantiene la amistad, y ha sorprendido al confesar algunos detalles inéditos de su matrimonio con Íñigo Onieva, cuando ahora justo va a cumplirse el primer año de un enlace que dio mucho de qué hablar.

El primer reto de la noche al que se han tenido que enfrentar los aspirantes ha venido dado por uno de los tres invitados, el chef Toño Pérez, propietario del restaurante extremeño Atrio, de tres estrellas Michelín. El cocinero ha elegido los ingredientes con los que los concursantes han tenido que elaborar un plato original. Mientras, Tamara Falcó regresaba al programa en el que dejó notable huella y acompañaba tanto a jueces como a concursantes en el transcurso de la prueba.

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En uno de los momentos, la jueza Samantha Vallejo-Nágera ha querido saber cómo le va la vida a Tamara. Sobre todo ha incidido en su nueva vida como mujer casada. «La vida de casada muy bien», respondía la marquesa de Griñón. Y es que falta poco para cumplirse el primer aniversario del enlace entre la hija de Isabel Preysler y el empresario Íñigo Onieva, una de las grandes bodas del año pasado y cuya gestación dio mucho de qué hablar, a raíz de la infidelidad del novio y la cancelación de la primera fecha prevista.

Al acercarse a los participantes, hablaron de las cosas que no les gustan a sus parejas, a lo que la marquesa de Griñón hacía una confesión inédita y un tanto curiosa: «Yo no me pongo pendientes de aro porque Íñigo tiene fobia a los aros». «No sé quién me dijo que la clave es la paciencia», recordaba Tamara. Sin embargo, lejos de polémicas, la marquesa se ha mostrado comprensiva y, efectivamente, muy paciente. De hecho, se ha animado a compartir la teoría amorosa en la que se basa ahora: «El amor es como un coche de caballos: hay dos, uno está acostumbrado a hacer lo suyo y el otro lo suyo. De repente, los juntan y hay que tirar del carro. Se tienen que acostumbrar a caminar al paso».

Samantha también le ha preguntado sobre su pasión y por la que pasó por MasterChef: la cocina. Recordemos que Tamara, además de ganar la edición Celebrity, continuó formándose hasta titularse en la prestigiosa escuela Le Cordon Blue. «Cocino poquito», ha reconocido ella, aunque ha explicado que se debe a que, entre otras cosas, a su marido le encanta comer en restaurantes y que, de hecho, estaba a punto de inaugurar el suyo (en la actualidad ya lo ha abierto, pues el programa se graba con meses de antelación a su emisión televisiva).