Meroño diseñó su menú final con Oriol Castro, Mateu Casañas y Eduard Xatruch, los tres cocineros de Disfrutar, con dos estrellas Michelin y tres soles Repsol en Barcelona, viajando entre España y Asia con un sashimi de atún, un solomillo de cerdo ibérico con toques asiáticos y un volcán de mango con crema de cacahuete.
Reconoció que no sabía ni freír un huevo cuando se estrenó en este MasterChef Celebrity y no sólo evolucionó, sino que supo ampararse en uno de los equipos de cocina más creativos de España, el de Disfrutar, para ganar los 75.000 euros que destina a la ONG Mensajeros de la Paz, para que «sigan dando de comer a todos los que lo necesitan».
Luchó con «pico y pala», su postre de volcán de mango con coco, cacao y aromáticas contra el primer clasificado para la final, el humorista Florentino Fernández.
«Flo», más cocinillas y comilón, fue el primero en obtener su plaza para luchar por el título tras ser el mejor en superar la complicada prueba de seguir a David Muñoz, único tres estrellas Michelin de Madrid en DiverXO, en la elaboración de un bogavante con tortilla de chédar añejo y salsa nam prik pao.
El cómico trabajó su menú final con Toño Pérez, del biestrellado Atrio (Cáceres), a quien imitó a falta de su parodia de «Flosie» en la final (igual que ocurrió en la semifinal), dado que RTVE decidió eliminar cualquier referencia al personaje homosexual que Fernández parodiaba por las críticas de la audiencia, y por el que pidió perdón públicamente.
Su menú, aunque olvidó las patatas para la parmentier, recibió múltiples alabanzas de los dos cocineros invitados a la final, Joan Roca (El Celler de Can Roca, Girona) y Ángel León (Aponiente, El Puerto de Santa María, Cádiz), pero tanto ellos con el jurado compuesto por Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz se decantaron por el de Meroño.
La actriz presentó unos platos en los que combinó su pasión por Bali, isla que le marcó «profundamente», a los que los jueces les dedicaron piropos como «te hace viajar de forma elegante» o presenta «sabores sutiles».
Ambos dispusieron de 120 minutos para elaborar entrante, principal y postre, ante el jurado habitual- con un Pepe Rodríguez afónico-, los cocineros invitados y sus familiares y compañeros de concurso como espectadores de excepción.
«Flo», fue el primero en colarse en la final en el último cocinado en exteriores de esta edición, que se hizo en otro tres estrellas Michelin, Cenador de Amós (Villaverde de Pontones, Cantabria), donde Raquel Meroño, Nicolás Coronado, Ainhoa Arteta y Josie tuvieron que emular un menú diseñado por su cocinero y copropietario, Jesús Sánchez.
Los jurados tuvieron que ayudar a los concursantes a sacar adelante los platos de albúmina de tomate y anchoa de Cantabria, coca crujiente de sardina y ensalada de pamplinas, ensalada de bogavante, crema de su coral y estragón; jibia ahumada y timbal de huevo campero, lomo de mero con mantequilla de algas y acelgas, solomillo de vaca Tudanca asado con sangre de tierra, fruta de la pasión y helado de yogur y su versión de la tarta San Marcos.
Fue en una comida de homenaje al trabajo de la sala, en la que participaron varios sumilleres y jefes de sala de Cantabria además del presidente de la comunidad, Miguel Ángel Revilla, y la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín.
En el restaurante Cenador de Amós, el único que logró en 2019 la tercera estrella Michelin en la guía de España y Portugal, la actriz Raquel Meroño logró su pase a la final.
Los seguidores de este concurso tienen nueva cita el próximo martes, cuando empieza una nueva edición de «Masterchef Junior».
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