Es la primera vez que el actor habla sobre su situación familiar. Laurie siempre ha sido muy discreto con su vida privada. Sin embargo en esta entrevista no ha escatimado en detalles. Así, preguntado por cómo lleva estar más tiempo en el set de rodaje que en su casa, Laurie responde: «No puedo decir que hacer esta serie haga mi matrimonio más fácil». «Trabajar en una serie de televisión semanal es como enrolarte en la marina y viajar a la otra punta del mundo por meses o incluso por un año», asegura.
Parece que llevar seis años en los más alto del mundo de la televisión y ser el segundo actor mejor pagado de este medio -- 273.000 euros por episodio-- no ha llevado a la felicidad al intérprete inglés.
Cuando en 2004 fue contratado para interpretar al doctor House, su mujer y él decidieron que ella se quedaría en Reino Unido para cuidar de sus hijos Charlie, de 20 años, y Rebecca, de 16, mientras él viajaba a Estados Unidos. Ahora esta idea está pasando factura a su estabilidad familiar. «No estaba preparado para esto», apunta.
Laurie tampoco está disfrutando de su trabajo. Según cuenta, no sale de rodar antes de las cuatro de la madrugada y nada más salir del set se va a dormir para, a la mañana siguiente, levantarse y reanudar el rodaje. «Esto no es vida», señala.
Eso sin contar con los daños físicos que le está provocando interpretar a House. La cojera permanente de su personaje le ha provocado dolores en su pierna.
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