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El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha tumbado el recurso de la Fiscalía de Madrid contra la sentencia que absolvió a Rafael Amargo de un delito contra la salud pública y avala que el tribunal anulará las escuchas telefónicas que dieron origen a la causa.

Así consta en una sentencia hecha pública el pasado día 3 de octubre y contra la que cabe recurso ante el Tribunal Supremo, en la que los magistrados de la Sala de lo Civil y Penal desestiman el recurso de apelación interpuesto por el Ministerio Fiscal contra la sentencia de la Audiencia Provincial por la que se absolvió al artista, a su productor y a otro acusado.

Rafael Amargo se enfrentaba a nueve años de cárcel por un delito contra la salud pública en cantidad de notoria importancia, al igual que su productor Eduardo de Santos.

Este domingo, el bailaor se ha sentado en Fiesta para conceder su primera entrevista tras su absolución. ''No me merezco esto. A otro le pasa esto y a los dos días se muere«, ha dicho el artista, visiblemente afectado. »Alguien me tiene un rencor o un odio... Mi padre estaba a punto de fallecer y me dijo: 'hijo, no me muero hasta que te vea feliz'. Mi padre, todos los días conmigo. No entiendo tanta maldad''.

Además, ha revelado ha tenido que vender todo su patrimonio «para poder comer» y también para «no pactar». ''A los 19 tenía más que a los 49. Estoy viviendo en Buenos aires. Allí soy el Rafael Amargo que dejé, porque no han visto lo que ha pasado aquí. Aquí no me quieren ni de colaborador. Es un desastre'', ha revelado. ''Confío en que esto es por algo bueno, por algo espiritual o por algo que me está esperando'', ha confesado emocionado el artista, que ha señalado al Gobierno.

''No me merezco esto, no me han dejado venir a hablar ni gratis. Me han cortado mi red social desde el Gobierno de España. He provocado muchísimas envidias. No me he querido acostar con personas que no me ha dado la gana acostarme, por ahí viene todo'', ha rematado, en este sentido. A pesar de la insistencia de Emma García para que diera nombres, el bailaor ha preferido no hacerlo.