Este miércoles 1 de mayo, la iglesia de San Fermín de los Navarros (Madrid) ha recibido a un sinfín de personalidades por un motivo muy diferente al Día de los Trabajadores: la boda de Javier García-Obregón con Eugenia Gil. En este enlace, los ojos estaban puestos en la madre y tía del novio, Paloma Lago y Ana Obregón, respectivamente, y está claro que la bióloga ha vivido una celebración más que emocionante.
Así lo ha dejado patente en declaraciones a Socialité, pues, aunque estaba ya en el coche casi lista para marcharse de la iglesia, ha bajado la ventanilla para contar cómo ha vivido la boda de su sobrino. Sin embargo, apenas ha podido hablar unos segundos, pues estaba hecha un mar de lágrimas.
"Ha sido muy bonito, muy emotivo. Ha habido un recuerdo a Aless, entonces estoy muy emocionada, perdonadme", ha dicho, antes de echarse a llorar y subir la ventanilla.
Lo cierto es que Aless Lequio no ha sido el único homenajeado, pues Javier García Obregón, padre del novio y hermano de Ana Obregón, ha revelado que el recuerdo, que describe como "especial" y "muy potente", también ha sido para sus padres, Ana María y Antonio.
El retraso de la novia
El enlace no ha estado exento de anécdotas, pues más allá de los deslumbrantes looks de las madrinas (que en este caso han sido las madres de ambos novios), lo que ha llamado la atención es el retraso de Eugenia Gil.
Es habitual que la novia llegue más tarde que el novio al altar, pero en esta ocasión, la prometida del hijo de Paloma Lago ha llegado a la iglesia 45 minutos tarde.
Seguro que esta larga espera ha provocado los nervios de los asistentes, y del novio, pero a quien también inquietó fue al cura, que fue visto a las afueras de la iglesia hablando con las wedding planners para saber si había algún problema. Y es que, tal y como Socialité ha revelado, tenía programada una misa a las 13.15 y la boda no podía retrasarse.
Tanto se ha retrasado Eugenia Gil que el autobús que tenían contratado para llevar a los invitados al convite ha llegado antes que ella. Aun así, tras esos 45 minutos, apareció del brazo de su madre y entró a la iglesia para casarse.
Tras la boda, los novios salieron entre gritos, vítores y arroz y aseguraron que había sido un enlace "muy emotivo", que estaban "muy felices" y que ahora se irían de luna de miel a Indonesia, tal y como declararon a Socialité.
Sobre su tardía llegada, Gil ha comentado que no había habido "ningún problema" que hubiese retrasado la celebración, pues "estaba todo en los planes y previsto". "Lo bueno se hace esperar", ha apostillado Javier García-Obregón.
No obstante, uno de los curas de la iglesia ha asegurado al programa de María Verdoy que sí que había un motivo detrás de esto, y es que inicialmente ella llevaba moño pero quiso que se lo cambiaran a pelo suelto, como finalmente lució.
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Y si me pagan lo que pido aún me emociono todavía más si hace falta.