El pasado mes de septiembre Lindsay Lohan se vio implicada en un atropello y ahora está teniendo lugar el juicio por tales hechos. Se le acusa de conducir borracha en el momento del suceso por lo que el futuro no pinta muy bien para la exniña Disney.
Tras varias visitas a los juzgados, que parecen haberse convertido en la rutina de la controvertida actriz, han trascendido las últimas propuestas de los fiscales: noventa días en un centro de rehabilitación que podrían sustituirse por arresto domiciliario o cárcel.
Según informa el portal de noticias TMZ, la posición de LiLo es muy clara. Ella asegura que no va a pisar un centro de rehabilitación porque no lo necesita. «No estoy enferma ni me tengo que rehabilitar de nada», declaró.
Pero la actriz también está muy lejos de aceptar un arresto domiciliario porque según afirma, no ha hecho «absolutamente nada». Mientras tanto, su abogado Mark Heller continúa haciendo entrar en razón a su defendida para que ésta intente reconocer parte de su culpa para recibir así una pena inferior.
Fuentes cercanas al proceso han comentado que hay un 75% de posibilidades de que el próximo día 18 de marzo se lleve a cabo el juicio. Si Lohan es considerada culpable tendrá que ingresar en prisión.
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