Según informaron hoy los medios de comunicación italianos, el fiscal de Génova Walter Cotugno pidió la confiscación del lujoso barco, mientras se encontraba en aguas de La Spezia (noroeste de Italia), en relación con un supuesto delito de evasión del IVA.
La policía explicó que no había pagado 4 millones de euros en concepto de IVA, ni otros 550.000 euros relativos al impuesto especial sobre la gasolina.
La normativa de la UE indica que, cuando se introduce en la zona euro un barco con bandera no europea, se tiene que pagar el IVA, algo que Briatore no ha hecho, según los investigadores.
Igualmente, la ley indica que, en el caso de que se produzca un abastecimiento de gasolina en aguas europeas, se tiene que pagar el impuesto especial si se tarda más de ocho horas en abandonar el territorio.
El hecho es que el lujoso yate que Briatore exhibe con orgullo a sus amigos no es suyo, sino que pertenece a una sociedad de alquiler de naves con sede en las Islas Vírgenes británicas y tiene bandera de las islas Caimán.
De esta manera, Briatore disfruta de las ventajas fiscales reservadas a quien alquila el yate, mientras que si fuese de su propiedad tendría que pagar impuestos.
Sin embargo, el fiscal asegura que el «Force Blue» no ha sido nunca alquilado y que es Briatore quien lo utiliza exclusivamente.
Briatore siempre ha presentado a la prensa y a sus invitados como si fuese suyo el «Force Blue» (Fuerza Azul), llamado así en honor al color «azul» de escudería Renault y por las iniciales «F.B.» del ex director deportivo.
El yate ha sido construido en los astilleros Royal Denship de Dinamarca en 2002 y tiene 62,33 metros de eslora y alcanza los 17 nudos.
Entre sus lujos, cuenta con una sala de cine con una televisión de 60 pulgadas, sala de reuniones, peluquería y un gimnasio con baño turco, sauna y varias bañeras hidromasajes distribuidas sobre el puente.
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