Que la basura rebose en los contenedores de Cala Corb y que los plásticos lleguen al mar por el viento, es algo que se ha normalizado. Después echamos la culpa al turismo acuático pero debemos empezar por mantener las calles limpias. Por favor, señores funcionarios del ayuntamiento, antes de recortar en equipos de limpieza piénselo dos veces.