Un lugar para disentir

12.000 viviendas

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Uno ya duda si la noticia es buena, o es todo lo contrario. Me apunto sin duda a la parte negativa. Son datos sobre papel -o sobre pantalla-. Datos que, aunque no sean firmados por Tezanos, no dejan de ser preocupantes. Ciutadella no ha tardado en corregir los que les afectan a ellos. Y la interpretación, diversa.

Faltan datos. Doce mil viviendas nuevas con casi cincuenta mil nuevos habitantes -eso contando cuatro por familia, que si los contamos como pisos pateras, apaga y vámonos-, más de veinte mil nuevos turismos, con sus correspondientes plazas de aparcamiento; el tanto por ciento correspondiente al aumento de los casos delictivos, el aumento en el consumo de energía, y cómo no, del agua potable o no potable para las tareas domésticas. ¡Y los residuos sólidos y urbanos! La demanda educativa necesitará de mayor número de plazas en la enseñanza. Aumentará cómo no, la necesidad de plazas geriátricas y de centros de salud, incluido cómo no, la de un nuevo centro hospitalario. Y centros sociosanitarios. Y asistentes sociales.

Y, por ende, seguiremos con la falta de docentes, de personal médico y sanitario, de infraestructuras para satisfacer las necesidades de estos casi cincuenta mil nuevos inquilinos de la Isla. Faltarán policías que mantengan la sensación de tranquilidad necesaria para evitar males mayores, y por ende jueces que juzguen a los posibles infractores y de fiscales que, entre otras cosas, negocien rebajas considerables en sus penas a cambio de una confesión que permita acortar el proceso. Y de abogados que los defiendan. Y de cárceles dónde reeducarlos.

Y faltarán empresas que den trabajo a tanto nuevo trabajador. Y de aviones y barcos que nos trasladen al exterior; de autobuses de población en población; de gobiernos, con o sin presupuestos, que nos garanticen el descuento de residente. Y transportes de mercancías, reparto de correspondencia, farmacias y gasolineras...

Y aumento cómo no de las embarcaciones en la costa, porque vivir en una isla y no tener barca es pecado. Y una segunda residencia de veraneo, o al menos el disfrute de las playas y cuanto más virgen mejor. Y seguiremos con el turismo como único motor económico de la Isla. Y con sus trabajadores de temporada sin solución habitacional.

Y saturación, antes y después. Y desdoblamiento. Y se me olvidaba, si esperamos a construir las infraestructuras necesarias una vez llenadas las doce mil viviendas, tendremos que seguir ampliando el número para dar cabida a tanto médico, profesor o policía que necesitaremos para dar servicio al aumento de ¿población o vivienda?

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