Oraciones

No me gusta este silencio

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No me guste este silencio es la frase más repetida en las pelis de misterio y aventuras, y cuando el protagonista la pronuncia con gesto grave y los ojos fijos en la oscuridad del bosque, o en el lejano horizonte (donde sea, pero fijos), los espectadores ya saben que ahí va a pasar algo. Como sordo, a mí todos los silencios me parecen iguales, y no me hacen ningún efecto, por lo que nunca entendí muy bien cómo distinguen los oyentes un silencio de otro, y por qué precisamente este no les gusta nada. Salvo naturalmente que se trate del llamado silencio clamoroso, expresión retórica que suele referirse a un silencio que no debería existir en tales circunstancias, y por tanto, resulta insólito y sobrecogedor. Como el silencio del Partido Demócrata de EEUU, por ejemplo. Ahora que todo el mundo civilizado, y Europa a grito pelado, protesta y lamenta las terribles decisiones del presidente de los Estado Unidos, los demócratas, que son la oposición, no dicen ni pío. Clamoroso silencio. En España tenemos grandes peleas diarias por fruslerías, nuestra oposición, que son varias, no dejan pasar una, y en Estados Unidos, donde está el ojo del huracán, no se oye ni un reproche. Por fin entiendo que no todos los silencios son iguales. Sabemos lo que les ha pasado a los republicanos, nos lo han explicado mil veces, pero no qué les pasa a los demócratas. Callan como muertos. Hasta entiendo lo que quiere decir silencio sepulcral, menudo hallazgo a mi edad. También debe haber millones de judíos horrorizados por los crímenes espantosos de Israel, pero no dicen nada. Silencio sepulcral, clamoroso. ¡El silencio admite adjetivos! Europa, en pleno alboroto ruidoso por la deriva estadounidense, además del rearme defensivo, exige a la población acumular suministros y vituallas de emergencia (agua, comida, medicamentos, linternas). Por si acaso. ¿Por si acaso nos ataca Putin, o Netanyahu? ¿O Trump? Es igual, para durar 72 horas más sin ayuda externa. Pero incluso con este estruendo bélico, de Gaza no dicen ni palabra. Silencio ominoso. Por fin puedo escribir yo también, con los ojos fijos en la oscuridad del bosque, que no me gustan estos silencios. Ahora iré a comprar alcachofas.