La viga en el ojo

La conducta de la prensa

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No sabía si reírme o llorar. A medida que iba leyendo pensaba «¿y ellos qué?». Me refiero a la noticia sobre el código de conducta para la prensa.

Parece ser que van a reformar el actual y elevarlo a rango de ley.

La propuesta de modificación del actual reglamento, que han firmado todos los grupos excepto PP y Vox, ya se ha registrado para que la Mesa la califique y pueda iniciarse su trámite. Esta nueva propuesta incluye sanciones de diversas categorías: leves, graves, muy graves.

Parece que se quieren atajar actitudes que ensombrecen la pacificación de ruedas de prensa, entrevistas... pero también porque sus señorías se sienten intimidados ante determinadas actitudes y sobre todo preguntas que la prensa «osa» hacerles.

Entiendo que no se utilizará, una vez aprobado, para hacer una ‘caza de brujas’ o sacarse de encima a profesionales de los medios cuyas preguntas siendo de importante calado, ‘molestan’ la sensibilidad de nuestros representantes.

Confío en que esta nueva redacción no esconda un ataque a la libertad de prensa y se convierta en algo así como una censura legalizada a gran escala.

Al principio de mi comentario os ponía que al leer la noticia no sabía si reír o llorar... os he contado lo que me puede inducir al llanto, pero lo que me induce a la risa es algunas de las razones que esgrimen los políticos para tener que aprobar el texto.

Por ejemplo dicen «se considerarán faltas muy graves la falta de respeto a otras personas» y como ejemplo de ello se dice «proferir insultos, descalificaciones... atentar contra la dignidad…».

Caramba así que ¿sus señorías sí pueden hacer todo esto? Porque es lo que vemos cada día.

¿Sus señorías pueden descalificar, insultar, faltar al respeto, sin que ello se considere muy grave?

¿Es que no estamos hasta la coronilla de oír a nuestros representantes haciendo todo esto, y peores actitudes y peor vocabulario?

Ah y la falta muy grave está penada con inhabilitación del periodista en cuestión para ejercer en la Cámara como tal durante ‘x’ tiempo (5 años) o incluso para que no pueda recuperar su acreditación como tal nunca más.

¡Caramba, caramba cómo me gustaría que sus señorías se aplicaran este futuro Reglamento!
Ya lo dice el refrán «ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio».

Son numerosas las variantes de esta locución y ya en la Biblia se encuentran las primeras referencias (Pasaje de Lucas 6,41 y Mateo 7,3) .

También Jorge de Montemayor en su escrito «Diálogo espiritual» Siglo XVI, o el estupendo libro de Jerónimo Castillo de Bobadilla «Política para corregidores y señores de vasallos en tiempos de paz».

Esta frase tiene un doble significado: ataca la hipocresía de aquellos que critican a otros ignorando que ellos hacen lo mismo o aún peor y también como la viga está en el ojo del que ‘critica’ pues ¡no puede ver!

Bueno no quiero abrumaros... lo cierto es que tant de bo los nuestros aprendieran a comportarse... no solo en el hemiciclo, sino ¡por donde vayan!
¡Ah, y que vayan a cirugía para que les saquen la viga!