Indecisa

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Realmente no sé muy bien sobre qué escribir; siempre me vienen a la mente varias cosas, y como mi columna no puede excederse de una extensión determinada, a veces me cuesta decantarme por un tema o por otro. Si cuando soñaba de niña con ser periodista y recorrerme el mundo detrás de las mejores noticias, me hubieran dicho que mi vida sería de lo más normal y anodina, me habría echado a llorar. Lo que nunca imaginé es llegar a tener una columna quincenal en «Es Diari», que a mis 77 años me permite dar rienda suelta a mis pensamientos, contando lo que se pueda contar. Por todo eso estoy contenta y agradecida... e ilusionada. Para mí, sentarme a escribir es dejar que mi mente fluya, hago como las aves, intentando separar el grano de la paja; para plasmar en mi folio níveo lo que a mí me parece interesante, para que ustedes, amigos/as lectores, se entretengan un rato. Y me alegra mucho que personas que no conozco de nada, me paren por la calle y me digan: «Que sepas que te leo, y me gusta lo que escribes». Ese día no me importa escribir gratis, esas palabras son mi mejor paga.

La verdad es que setenta y siete años dan para mucho; recuerdo la primera vez que me lancé a publicar; mis hijos eran pequeños, y ya rozan los cincuenta; siempre me han molestado mucho las injusticias, y me tocó vivir de cerca la muerte de un ser querido en Son Dureta, luego para traerlo a enterrar a Menorca resultó carísimo. El título fue directo. «Los muertos no tienen billete de vuelta para la Seguridad Social»; porque ya que nos desplazan a Palma, al no tener aquí lo necesario para casos graves, lo lógico sería que pagaran también el regreso del finado en su féretro. La verdad es que ignoro si esto se ha solucionado, o seguimos igual. El caso es que hasta me llegó a contestar el jefe más alto en Sanidad que había en Balears, el director general de Sanidad, pero yo no me achaté y le volví a contestar diciéndole que no me contestaba nada claro, que me sobraba paja y faltaba grano.

Guardo una caja grande llena de recortes de todos mis escritos, junto con el libro que edité en plena pandemia: «Una mujer, un misterio, miles de historias», del que vendí cerca de 200 ejemplares.