la columna

Quioscos raros

TW

Creo que hasta ayer no me había fijado en los nuevos quioscos de Palma (por cierto, también se puede escribir kioscos, pero no kioskos) y sospecho que no me había fijado porque no son quioscos. Son como barras de bar chiquititas con comida, refrescos y demás y, si acaso, un expositor de periódicos y uno de revistas, mucho más pequeños que los de toda la vida. Parece ser que estas minicasitas de diseño están pensadas –cómo no– para los turistas, que al tiempo que se compran un refresco o quizá un bocadillo, no se compran ningún periódico ni revista. Porque para qué. Cuando haces turismo te olvidas del mundo y te importa un pito no estar informada de las cosas. No me extraña que a la gente le encante viajar más que nunca, porque esos días especiales en otro país te eximen de tener que saber lo que pasa en la asquerosa realidad.

Cada vez más asquerosa, por cierto. Y volviendo a los quioscos, también se tenían que modernizar. Y lo han hecho: quitando información y dando paso a un bocata y una coca-cola. O también a un helado. No en vano el letrero del nuevo modelo de quiosco mallorquín dice: news, icecream and more, dando a entender desde su esencia que no es necesario escribirlo en catalán y ni siquiera en castellano. Las news no son lo más importante. Dónde vas a parar, si puedes evitártelas comiendo un icecream y más, mucho más. En este more supongo que será donde radicará el encanto de cada uno. La diferencia puede venir de las chuches. O de las chocolatinas. Es cuestión de pararse frente a uno y observar detenidamente lo que ofrece al paseante. En fin, creo que ya nunca más iré a un quiosco mallorquín para turistas. Es que no podría.