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Hace un tiempo que vengo leyendo las propuestas y, a su vez, la oportunidad de subir a lo alto del templo de San Francisco, sito en Es Pla des Monestir. Confesar que, a pesar de mis ansias por poder contemplar la grata panorámica de nuestro puerto de Mahón , con su bocana, el mastodonte de la Mola con su fortaleza de Isabel II, el bello espectáculo de San Felipe, Es Castell y las calas de la ladera norte, que para esta soñadora sería un auténtico placer, intento resignarme con mi suerte, dándolo por descartado al no poder subir la escalinata que conduce fins allà dalt. Ello hizo que les propusiera a mis hijos que no dejaran de disfrutar de tan bello espectáculo. La propuesta fue aceptada regresando muy satisfechos de la misma.

En mi infancia escuché muchas anécdotas vividas por mi madre, al ser vecina de la calle del Horno, frecuentaba cuantos oficios se celebraban en aquella parroquia. Precisamente el 7 de junio de 1947 el reverendo don Jaime Gutiérrez en la capilla de la Comunión de aquel lugar bendijo el matrimonio de mi padre con la que a partir de aquel instante se convertiría en mi madre, nombre que para una niña de tres años de edad que jamás había podido decir «mamá» era muy importante. Se celebró de buena mañana concretamente a las siete, horario especial cuando uno de los dos cónyuges era viudo, como era el caso de mi padre. Casualmente su primera boda también se había celebrado en la iglesia de san Francisco de Ciutadella. Por lo visto el santo barón tuvo que ver con las dos uniones.

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De aquella mañana de 1947, siempre escuché contar mi intervención en la celebración, tras haber subido sin que nadie me lo mandara al presbiterio situándome en medio de los novios, dándoles la mano a ambos. Curiosamente muchos años más tarde, el propio señor Gutiérrez me lo recordó haciendo hincapié en el dato, añadiendo que jamás lo había olvidado, por ser la única boda que había bendecido con una criatura en el centro de la pareja.

A medida que voy escribiendo, acuden a mi memoria infinidad de datos, de bodas de familiares como fue la de mis primos Paquita Olives hija de la hermana mayor de mamá Teresa, con José Cavanes al sel sia; bautizos de mis primos Diegos Valverde, el del tío Pepe y el del tío Juan, ambos bautizados con el nombre del abuelo Diego, y otros más; las misas en San Francisco del día del Pilar patrona del cuerpo de Correos llenando la iglesia de sus oficiales y la Benemérita, ambos con sus familias.

Felicitar a los responsables del templo, por su cuidado y embellecimiento, resaltando los valores artísticos y sus imágenes, tan preciosas y relevantes en distintas ocasiones, entre ellas los pasos de Semana Santa y la reciente iluminación de su exterior.