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Un juez cree que hay elementos para juzgar a Gabriel Le Senne por un delito de odio y lo que se ve comprometido con esta decisión no es la figura de Le Senne, sino la del Parlament. A la espera de que la Audiencia se pronuncie sobre el recurso, quien se sentará en el banquillo no es un ciudadano llamado Gabriel Le Senne, sino la figura máxima de representación del Parlament balear. La situación judicial del presidente causa un daño irreparable a la institución, como en su día sucedió con Maria Antònia Munar, que finalmente dimitió, precisamente a las puertas de la celebración del aniversario del Estatut d’Autonomia. En menos de una semana será Gabriel Le Senne quien presida el acto de celebración del Estatut, con discurso incluido. El discurso de un acusado.

El presidente del Parlament asegura que es víctima de una confabulación política en su contra y apela a su presunción de inocencia. Seguramente pensará que es inocente y que actuó como toca, que tal vez se excedió en las formas al retirar de forma brusca una fotocopia pegada en un ordenador, pero hacía lo justo porque esas imágenes molestaban. Y esa es, precisamente, la clave: que a Le Senne le moleste la fotocopia de una fotografía de Aurora Picornell y sus compañeras asesinadas en la Guerra Civil. Un juez decidirá si las odia o no, pero con su acción demostró que, como mínimo, le molestan.

Ilustración: Zaca

Si finalmente hay juicio, el Parlament volverá a vivir un nuevo sobresalto cuando toque votar si puede seguir siendo diputado de la Cámara. Esa votación volverá a poner a prueba el estado de las relaciones entre PP y Vox. Aparentemente, están completamente rotas, pero Marga Prohens puede tener la tentación de negociar de nuevo la aprobación de los Presupuestos, por ejemplo, a cambio de que Le Senne siga en la Presidencia del Parlament. Sabiendo que quien manda en Vox es Santiago Abascal y que los de aquí no son más que piezas que mueve a su antojo, más le vale dejar las cosas atadas con Bambú porque se puede volver a encontrar con sorpresas cuando toque votar de nuevo las cuentas en el Parlament.

No se sabe qué hará el PP cuando toque votar, pero lo que parece más probable en estos momentos es que mantendrá la abstención que ya permitió la continuidad de Le Senne como presidente. En términos estrictamente políticos, sin atender a la ética ni a la moral o la dignidad de las instituciones, tiene muy poco que ganar apoyando una salida que puede acabar en el  Constitucional si hay petición de amparo por parte de Le Senne.