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No sé ustedes pero yo a veces tengo la sensación de ser la parte de en medio de un emparedado; y que alguien se dedica a empujar de cada lado, apretándome más y más, hasta tener una sensación de ahogo increíble. Creo que hasta sueño con esto.

El caso es que el celo en multar es cada vez más intenso. En un Mahón tan sobrecargado de coches, a veces te vuelves loco para encontrar un sitio donde poder dejar el coche. Yo siempre digo: «Si alguien fabricara coches plegables se forraría». En la zona que vivo a partir de las siete de la tarde, es muy difícil encontrar un triste sitio. Después de dos vueltas, no te queda otra que aparcar un poquito mal. Y, a veces tengo la sensación de que los policías están escondidos, espiando, porque no falla, al día siguiente te encuentras una nota de parte del Ayuntamiento, para saquear nuestros maltrechos bolsillos. La última vez aparqué cerca de un cruce de calles, donde tienen la costumbre de poner tres aparcamientos para motos; que por cierto nunca he visto motos aparcadas ahí, es una calle donde aparte de una guardería solo hay viviendas unifamiliares. Pero claro pisé una raya... y me clavaron ochenta euros.

Hablando con una persona minusválida que tiene su tarjeta azul, para poder aparcar por todo el pueblo, me contó que por Reyes quería comprar algo de la Calle de Ses Moreres, pero encontró todos los aparcamientos especiales ocupados, por lo que simplemente lo dejó detrás de otro coche en la calle Sant Jordi; tardó menos de una hora en regresar... y ya se encontró «la papeleta», nada menos que por 200 euros; pensó en hacer un pliegue de descargo, pero al final optó por pagar, porque si no aceptaban sus razones, tendría que pagar los doscientos, en lugar de cien si pagaba pronto.

Una    chica me contó que tenía su coche en una calle de pago, llegó cinco minutos tarde de la hora... y ya tenía la multa, se la habían puesto dos minutos después de la hora que había pagado; eso demuestra mi teoría de que están al acecho. Ninguna de las historias contadas ocasionaban estorbo alguno, ni peligro para la circulación normal, pero... al Ayuntamiento le hace falta recaudar mucho más, tal vez para poder llegar a darnos un agua libre de nitratos... y otras hierbas... y que, como mínimo, podamos cocinar con ella.

El Gobierno central se llena la boca con la subida de las pensiones... y me río, pero por no llorar. Saben que con la excusa del IRPF, a mí me han subido 12 euros netos. ¡Por fin podré volver a comer pescado! Y eso que a los jubilados no nos lo pueden imponer, según Europa claro.