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Este conocido y famoso proverbio oriental se atribuye a Lao-Tse. Dice así: «Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres durante una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda su vida».

Una gran verdad es esta: enseñar a pescar es más importante que dar pescado.

Nuestro trabajo a favor del Tercer Mundo debería tener muy en cuenta esta frase de Lao-Tse. Los regalos del Primer Mundo al Tercer Mundo solo son parches. Lo que importa de verdad es que el mundo desarrollado del norte facilite los medios adecuados al mundo subdesarrollado del sur para que este pueda ser el artífice de su propio desarrollo.

Manos Unidas, la prestigiosa organización católica no gubernamental española, trabaja así: facilita muchas ‘cañas de pescar’ a los países pobres para que estos se autodesarrollen y puedan avanzar en justicia y en plenitud de derechos humanos.