Ya de regreso a la Isla, pienso en la suerte que tengo de contar aquí con tantas personas que me demuestran su amistad y cariño y cuando digo esto pienso en lo difícil que debe ser vivir sin amigas, sin muestras de cariño, sin poder relacionarte de manera generosa y confiada.
Y también al tener estos pensamientos se me va de inmediato la cabeza hacia lo que vemos que ocurre, día sí y día también, entre nuestra clase política.
¿De verdad no pueden rebajar su constante estado de crispación que va directa a las constantes agresiones verbales con que nos deleitan?
¿De verdad no son capaces de mirarse y darse cuenta de que sus acciones, sus gestos, sus omisiones, nos causan efectos indeseados... estados de desconfianza, y ese desapego que poco a poco va extendiéndose en la sociedad civil; un desapego que nos va a llevar a la debilitación de la democracia, que nos conduce irreparablemente hacia la desconfianza y diría más hacia un hartazgo insuperable.
Me encantaría que estos señores y señoras se sentaran delante de una pantalla y vieran con calma y serenidad cómo se relacionan con sus «otros», qué papel hacen, cómo gesticulan, cómo se dirigen al oponente político... ¡Vergüenza deberían sentir al verse...!
Pero claro, aquí estamos asistiendo a un «toma y daca»... tú dices esto y yo contesto aquello, tú me tachas de sinvergüenza y yo a ti de corrupto, tú has hecho esto y yo... Etc, etc, etc.
¡Hartos nos tienen!
Que se pongan a trabajar, que piensen cuáles son sus responsabilidades, su compromiso, su papel en estos momento.
Que se esmeren en responder a la ciudadanía, que dejen de escudarse en temas como la burocracia (caramba, que la mejoren), la falta de activos (tenemos una sobrecarga de funcionarios y asesorales a dedo enoooorme) la lentitud de la justicia (señores pongan remedio)... y que por favor se pongan a trabajar.
Intenten pensar no en sus intereses y los de su partido, sino en los intereses de los ciudadanos... ¡Ya sería hora!
Bueno, ya lo he dicho... es que de verdad cada día es un nuevo episodio de mal hacer, de agresiones verbales, de acusaciones...
Lo dicho, ¡hartas estamos!
Aunque también he de decir que pocos pero alguna habrá que lo intenta hacer bien... debe ser muy difícil sobrevivir en una jungla como la nuestra.