Quienes no hemos salido de viaje este pasado puente y nos hemos quedado en casa al abrigo de las inclemencias del tiempo, si es que llegan, sabemos que no es para llorar. Hemos dado algún corto paseíllo solo para aprovechar los momentos en que la lluvia cae fina y casi imperceptible y hasta habremos dejado el paraguas en casa porque nos gusta llevar la contraria a los partes meteorológicos. Luego, cuando solo llevamos quinientos metros andando se nos cae un chaparrón encima y adiós muy buenas, y aquí no valer cabrearse con la madre naturaleza porque quien avisa no es traidor. Imagino también que algunos se habrán acordado de la Constitución, la culpable de este pasado puente que nos habrá permitido no pegar chapa durante tres días, y para los peluqueros uno más. También habrá quienes renegarán de ella, pero ojito, que no nos la quiten que nos quedamos sin fiesta.
En pocas palabras
Es lo que hay
10/12/24 4:00
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