Para quienes nos sentimos menorquinistas este próximo viernes dia 29 será un día importante. Y lo será porque se presentará en Mahón, en el Hotel Port Mahón (20 h), el libro «Sa llengua de Menorca (un tresor filològic en perill d’ extinció)», escrito por Joan Pons Torres, actual Conseller de Cultura del Consell Insular de Menorca.
A pesar de su juventud Pons Torres es ya uno de los pilares de la resistencia cultural menorquinista. De la auténtica, de esa que trabaja para que nuestra isla no pierda sus características históricas tanto en su toponimia como en su forma de comunicación hablada y escrita.
Conozco a Joan desde hace más de diez años cuando siendo él aún estudiante vino a pedirme que presidiera aquel Foment Cultural de ses Illes Balears porque en mis escritos en la prensa menorquina de entonces me había destacado como defensor de nuestra personalidad isleña frente a la imposición de un barceloní que muchos menorquines no consideramos propio. La asociación la formaban un numeroso grupo de jóvenes de todas las Balears que Joan había unido bajo su liderazgo en defensa de nuestras modalidades lingüísticas y de nuestros topónimos. Recuerdo las presentaciones que hicimos en el Ateneo de Mahón (con un lleno hasta la bandera), en el Instituo Gral. Luliano de Palma (igualmente a rebosar), en Ibiza, en Ciutadella, etc. Ese Foment Cultural fue el embrión de Sa Fundació, actual ente interinsular que sigue defendiendo hoy los mismos intereses de entonces.
El libro de Joan Pons Torres ya está en su tercera edición con más de mil ejemplares vendidos en nuestra isla. Un éxito absoluto para las expectativas comerciales y culturales en Menorca.
Toponimia tradicional y nuestro «rallar en pla» van de la mano. Son las dos patas de una realidad social que conforma el carácter de nuestra Roqueta. Sin respeto a la historia de nuestra toponimia ni a nuestra forma concreta de comunicarnos no hay menorquinismo posible.
Muchas veces he recordado que nuestro vernáculo menorquí resistió perfectamente las dominaciones del siglo XVIII, los avatares del XIX y el franquismo: nadie impidió su uso y su continuidad. El pueblo lo hablaba con normalidad, se escribía identificándolo como tal menorquí e incluso se crearon abundantes diccionarios y gramáticas. Sin embargo es ahora, en plena partidocracia autonomista, cuando nuestra personalidad está en peligro. La bota totalitaria que nos impone el barceloní del Eixample destruye y tapa nuestra característica principal mientras que la mutilación de nuestra toponimia histórica nos difumina y confunde como pueblo.
Y todo, claro, se está llevando a cabo siempre con el mayor descaro y manipulación mientras se justificaba con argumentos ridículos bañados exclusivamente en tintes ideológicos.
Recordemos brevemente, por ejemplo, el proceso que condujo al primer ‘Mahonicidio’: A finales de 2005 el CIM solicitó varios informes para justificar o no la aprobación de la solicitud por parte del Ayto. de Mahón del cambio oficial de nombre de la ciudad. La Real Academia de la Historia emitió el suyo en contra de dicho cambio al dictar sus expertos que, a la luz de los hechos, los nombres propios de nuestra ciudad son Mahó y Mahón. Ese fue el único informe solicitado a una entidad independiente y aséptica. Los otros 4 se solicitaron a entidades ideológicamente afines a quienes organizaron la felonía: la UIB, el IME y el Consell Insular del tiempo, todos devotos de la obsesión nacionalista. Todos esos informes fueron firmados por conocidos catalanistas sin vínculo alguno, ni emocional ni sentimental, con nuestra ciudad de Mahó-Mahón.
Por eso todos los informes estuvieron interesadamente manipulados. Lo demostró José Luis Campos Pascual (y Toni Cendán) en su clarificador análisis titulado precisamente ‘Los informes falsos’ (2006): las ‘Normes Ortogràfiques del IEC’ derivadas de la ‘Novísima Gramàtica Catalana’, de 1913 firmada por Alcover, Coromines, Pompeu Fabra, etc. que pontificaba que «Aquestes Normes no afecten als noms propis geogràfics que han d’esser objecte d’ un estudi especial». Entretanto, los ostentadores de verdades absolutas adquiridas en mercadillos ideológicos de ocasión, aún envolviendo sus obsesiones en papel de estraza, las vendieron como producto de ‘qualité’ indiscutible. ¡Qué estafa!
En el segundo ‘Mahonicidio’ (2021) el Consell Insular ni tan solo siguió las normas protocolarias: el expediente se tramitó sin contar con los informes requeridos y casi a hurtadillas. Por eso Iniciativa por Mahón presentó un Recurso Contencioso Administrativo que se juzgará en Palma dentro de año y medio. Este próximo viernes 29 lo comentaremos con Joan Pons Torres en su conferencia-coloquio titulada «En defensa de Mahón». A las 20 h. en el Hotel Port Mahón. Será interesante.
Notas:
1- Todos los medios nacionales (televisión y digitales) que han informado sobre el accidente de los 6 fallecidos lo han ubicado en Mahón, no en una localidad chinesca. Pues claro.
2- Los cantares de Aldama van a hacer estornudar a muchos.
3- Prensa libre: ¿Para cuándo un homenaje popular a los periodistas que, inasequibles al desaliento ante las presiones y amenazas del sanchismo, han seguido investigando y destapando sus corrupciones?
4- Justicia y prensa libre no apesebrada, las últimas esperanzas de la democracia en España.
5- Izquierda Española sigue avanzando hacia su consolidación. Recentralizar el Estado y devolver competencias para igualar derechos ya no es un tema tabú.