Cómo he podido estar tan ciego queridos lectores. Cómo he podido ser tan obtuso y cabezón. ¿Por qué me he empeñado en llamar fascistas, neonazis y neoliberales a los auténticos salvadores de la patria y del planeta? ¿Por qué no escuché antes las sabias voces de los lideres iluminados como el empático Elon Musk, o el prudente y sensato intérprete del gran tema «Amante Bandido»? ¿Por qué estuve tan ciego como para no ver la conexión que hay entre la ‘plandemia’, el volcán de La Palma, la Filomena de Madrid, la DANA de Valencia y Doraimon, el gato cósmico, que saca productos de Amazon de su bolsillo y se los da gratis a un niño asiático, hundiendo así el maravilloso sistema capitalista?
¿Por qué no vi antes que este gobierno etarra, golpista, comunista y feminazi es un esclavo a las órdenes de Bill Gates, Karl Marx, que está crionizado junto a Walt Disney porque no había más neveras para humanos en aquel momento, y Pipi Calzaslargas, de la que sospeché desde el principio, que nos quieren imponer un nuevo orden mundial donde demonios rojos raptarán a nuestros hijos, quemarán nuestras iglesias y nos fumigarán con chemtrails? Pero somos lobos no corderos como los fanáticos meteorólogos que sostienen la mierda esa del cambio climático, o los antisemitas que no ven que el gobierno de Israel es pacifista.
Por qué no habré visto más videos de los youtubers afincados en Andorra, para librarse de los leoninos impuestos, que ahora son auténticos héroes pidiendo likes y dinero a sus seguidores para dárselo a los pobres, son tan monos, tan del pueblo, desde sus mansiones de lujo y sus coches de alta gama ganados con el sudor de sus huevos pegados a la silla donde hacen sus streaming. Por fin me he vuelto un incel sin complejos, porque los que nos curamos con lejía, sabemos que los hombres blancos, heteros y normativos, como yo, estamos en peligro y vemos como los lobbies Lgtbi, feministas, de inquiokupas, inmigrantes, progres y wokes nos quieren dar una masculinidad frágil. Qué razón tiene la influencer de extrema derecha norteamericana, Hannah Faulkner, diciendo que el sufragio femenino es fuente de muchos males. Y es que en cuanto se dejó votar a las mujeres el orden natural dado por el todopoderoso Dios se fue al carajo.
Estoy con mis hermanos los terraplanistas, bueno los «terrapalanganistas» que si no el agua de los mares se caería al espacio infinito. Estoy con mis hermanos contra el control del 5G y el uso de la ciencia, todos los científicos son inútiles y peligrosos, porque todas las respuestas las tenemos en nuestro libro sagrado. Darwin púdrete, te prohibirán en muchos colegios de Norteamérica para estudiar el creacionismo. Deberíamos quemar libros como los bomberos pirómanos de la película «Fahrenheit 451».
Creo que he sido tan estúpido porque me han estado metiendo nanorobots en el lúpulo que me hacían pensar en conceptos tan tóxicos como la solidaridad… espera, un momento, si el precio de despertar a la ‘verdad de los elegidos’ es dejar de beber cerveza… ¡que les den a los malditos nazis conspiranoicos! Mucho lúpulo y feliz jueves.
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