El segundo gobierno de Adolfo Suárez (junio de 1977 a marzo de 1979) generó una esencial transformación de la política en España. El 24 de mayo de 1977, regresaron a España personalidades políticas como Dolores Ibárruri, Federica Montseny, Rafael Alberti y María Teresa León; y por Real Decreto-Ley de 2 de junio se desmanteló el sindicalismo vertical. Se superó el problema de las dos Españas, al disolverse el gobierno republicano en el exilio.
Aunque UCD no hizo campaña, con una participación del 77,1 % del censo electoral, obtuvo el 34,4 % de los votos y 165 escaños; PSOE, el 29,2 % y 118 diputados; PCE, el 9,2 % y 20; AP, 8,2 % y 16; PSP, el 4,4 % y 6; DC, 1,1 % y ningún escaño; Pacte Democràtic de Catalunya (Pujol y Trías Fargas), el 2,7 % y 11; y PNV, el 1,6 % y 8 escaños.
Este segundo gobierno fue de altísima productividad, emanando los Acuerdos de la Moncloa y, en definitiva, la Constitución Española, hoy vigente; así como un profundo cambio político, estableciendo la democracia en España, después de eliminar el anterior andamiaje institucional, en aras de la reconciliación y concordia entre todos los españoles. Este gobierno constituyente que acabaría el 6 de diciembre de 1978 celebrando el referendo de la Constitución, recordemos que lo integraban, junto al presidente Suárez, el profesor Fuentes Quintana, que se hizo cargo de los asuntos económicos; Gutiérrez Mellado en Defensa; y Abril Martorell se ocupaba de los temas políticos para construir el estado democrático y, en concreto, de redactar la Constitución. El 24 de febrero de 1978, dimitiría Fuentes Quintana, siendo substituido por Fernando Abril Martorell.
Desde julio e 1977 fue determinante para la reforma política el buen entendimiento, a tal efecto, entre Fernando Abril y José Pedro Pérez Llorca. El primero era ingeniero agrónomo, que estando destinado en Segovia había coincidido y hecho amistad allí con Adolfo Suárez, a la sazón gobernador de la provincia; y Pérez Llorca era profesor de Ciencia política y de derecho constitucional, además de diplomático y letrado de las Cortes españolas; por tanto, buen conocedor de cómo armar un estado de derecho, y siendo diputado, de origen gaditano, fue designado secretario general de la coalición de UCD, siendo de gran ayuda a la esmerada capacidad técnica de Abril Martorell.
La carrera de la Constitución se inició después de firmados los Acuerdos de la Moncloa, bajo el impulso de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas del Congreso de los Diputados, cuyos miembros fueron: Gabriel Cisneros, Miguel Herrero de Miñón y José Pedro Pérez Llorca, por UCD; Gregorio Peces Barba, por el PSOE; Manuel Fraga Iribarne por Alianza Popular; Jordi Solé Tura por PSUC-PCE; y Miguel Roca, por nacionalistas vascos y catalanes.
Fernando Abril, principal consejero de Suárez, al presentarse los anteproyectos sujetos a enmiendas, jugaría destacado protagonismo. Las votaciones eran ganadas por UCD y AP, cuando el PSOE, el 18 de mayo, amenazó con abandonar la comisión; entonces Suárez encomendó a Fernando Abril que cuidara el consenso con la oposición. Fraga no intervino en las conversaciones extraparlamentarias, las cuales quedaron en manos de Abril Martorell y Alfonso Guerra, que consensuarían todos los puntos de la Constitución y luego, en su articulación, intervendrían Peces Barba, Pérez Llorca y Cisneros.
En aquellos encuentros las discusiones se prolongaban hasta altas horas de la madrugada y los finalistas en este foro eran siempre Fernando Abril y Alfonso Guerra; «por la mañana cuando se iba todo el mundo, nos dábamos un paseo por Madrid a las siete de la mañana esperando a las nueve y media, que era la hora de la Comisión; y así nos pasamos meses casi sin dormir, y se fraguó una amistad muy grande» (Alfonso Guerra, 2001; J. Hernández Andreu, ed. Complutense, 2004).
2 El 21 de julio de 1978, la Constitución fue aprobada por el Congreso del los Diputados con la abstención del PNV, y el 31 de octubre en sesión conjunta por ambas cámaras. Sometida a referéndum fue aprobada el 6 de diciembre con un 69 % de participación y el 60 % votó afirmativamente. En Cataluña, los resultados fueron similares a la media del conjunto estatal. Se pasó del Régimen franquista a la democracia sin romper la legalidad.
Fernando Abril se opuso a fórmulas que abrieran el texto constitucional y se enfrentó a la tesis foralista, que tendría defensores en el Senado; pero se opuso a los senadores vascos que defendían un Rey foral. Luego los diputados del PNV a la hora de votar la Constitución se abstuvieron; pero Abril Martorell defendió la seguridad jurídica estable de la Constitución.
El artículo 141.4 de la Constitución dispuso definitivamente que los archipiélagos contaran con los cabildos o consejos como administración propia. En Baleares, a tenor de la Ley 39/1978 de 1 de junio, relativa a elecciones locales, en sus artículos 39 y 40 se regularon los Consejos Insulares y el Consejo General Interinsular.
La segunda edición de la crisis del petróleo, en 1979, distorsionó la política económica surgida de los Acuerdos de la Moncloa, que iniciaba una recuperación económico-social efectiva ante el ciclo económico; por otro lado, en el ámbito estrictamente político iba a surgir una crisis interna en UCD, relacionada con la ruptura de la colaboración de Abril Martorell.