14/10/24 4:00
Desde que estudié Psicología, soy más dado a comprender que a juzgar. Y al ser cristiano, también recuerdo siempre las palabras de San Lucas, 6: «No juzguéis y no seréis juzgados». He encontrado en la literatura mucho material válido para descifrar los enigmas del comportamiento humano. Esopo, por ejemplo, fue un escritor fabuloso. Y no solo por escribir fábulas. La ciencia es precisa y objetiva, y su metodología rigurosa. Tal vez lleguemos a deducir, a partir de la física cuántica, que la corrupción es inherente al ser humano. Sabemos por experiencia que si nos apartamos del rigor científico, nos encontramos con un mundo engañoso y más falso que Pedro Sánchez.
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