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El Gobierno ha dado por terminada la rebaja del IVA de los alimentos básicos que puso en marcha en 2023 y que había prorrogado a principios de verano. El Consejo de Ministros celebrado este martes decidía que a partir de ese mismo 1 de octubre se eliminaban las reducciones fiscales de algunos productos de la cesta de la compra como el pan, la leche, huevos, harina, frutas y verduras estén sujetos a un IVA del 2% hasta el 31 de diciembre y todo apunta a que subirán al 4% a partir de enero de 2025.

La compra de alimentos ha sido para millones de hogares un auténtico calvario. En el último año, la subida de la cesta básica ha sido superior al 25% y del entorno del 40% desde que gobierna Sánchez. Uno de los productos que se ha convertido en casi un artículo de lujo ha sido el aceite de oliva. Datos de Europa Press sitúan la subida en un 25% en ese mismo periodo y del 170,5% desde enero de 2021. Cierto que en los últimos meses se ha ido moderando la subida de los alimentos. Aun así, el problema de millones de españoles es que no han tenido que hacer frente únicamente a la subida espectacular de la inflación, sino también al encarecimiento de los alquileres o el mayor pago de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social. Y todo esto ha ocurrido mientras el Gobierno publica datos que marcan varios años de recaudación fiscal récord, a pesar de que la deuda pública ha seguido aumentando y no se reduce la alta tasa de paro de España.

La presión ejercida por el aumento desmesurado del consumo público ha sido sin duda un hándicap para reducir de forma más rápida la inflación en España y explica una parte importante del crecimiento registrado. Y aunque quieren hacernos creer que los últimos datos han sido buenos tanto de PIB, con sus revisiones incluidas, como de inflación, que es acumulativa, nuestro país no es campeón de nada bueno. Como tampoco lo es en aumento del PIB per cápita, que es el mismo de hace años y sí de la pobreza energética, la pobreza infantil, incluso del aumento de las personas en situación de vulnerabilidad, como explicamos hace unos días con la publicación del índice de miseria.