Desde que se destapó el caso de la manada de Pamplona -un año después se produjo el escándalo de Harvey Weinstein, que provocó el movimiento MeToo-, han pasado ocho años. En este tiempo prácticamente no ha habido una semana en la que no revelara la prensa alguna barbaridad relacionada con abusos sexuales. Ahora tenemos en el candelero la macroviolación de la mujer francesa, el futbolista valenciano -otro más- y, oh sorpresa, las acusaciones de varias empleadas contra el que fuera magnate Mohamed Al Fayed. Entre que escribo esto y se publica habrán aparecido nuevos episodios de esa cadena interminable de violencia machista. Ya no me sorprende descubrir que en Alemania han creado plazas de aparcamiento exclusivas para mujeres, situadas en las áreas mejor iluminadas y más cerca de las entradas y salidas, rodeadas de cámaras.
El rayo verde
Cerdos
26/09/24 4:00
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