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José Ortega y Gasset (1883-1955) afirmó: «Sorprenderse, preguntarse, es comenzar a entender. Este es el deporte, el lujo, especial para el hombre intelectual».

Saber sorprenderse y saber preguntarse son dos acciones reflexivas de importancia capital que abren nuestro entendimiento y constituyen el mejor deporte para cualquier intelectual.

Si no somos capaces de sorprendernos y preguntarnos, no avanzaremos intelectualmente y nos mantendremos anquilosados en la rutina y superficialidad mental.

Solo aquellos que saben sorprenderse y preguntarse avanzan en el campo científico y desarrollan su mente de forma adecuada.

Sin sorpresas ni preguntas, el entendimiento permanece plano y nuestra capacidad intelectual no avanza.

Si no sabemos sorprendernos ni preguntarnos, nuestra inteligencia quedará enormemente empobrecida.