Y Juan Carlos Monedero. E Irene Montero. Y por qué no, también la Yoli. Y es que toda la extrema izquierda española -¿o será la izquierda extrema?-, son los únicos que junto a Cuba, Rusia y China apoyan a Maduro. Apoyan el pucherazo de Maduro. Vamos, el fraude electoral. El presunto, claro. Vamos, que el único quien no abre la boca por el momento es Pedro Sánchez. También es verdad que el presi tiene cuestiones más importantes con que lidiar. De hogar y de cargo. De intereses personales, claro. Como todo...
Y me preocupa. No por ellos, sino por los de aquí. ¿Se imaginan que, en España, tierra que exporta asesores a países de esta calaña, puedan utilizarse algún día los mismos métodos? ¿Se acuerdan los comentarios que hubo cuando en España el gobierno de Sánchez encargó a la empresa Indra la difusión de los resultados electorales? ¿Se imaginan que llegue el día en que los votos sean electrónicos? ¿Llegan todos los votos emitidos por correo a las mesas electorales? ¿Quién controla Indra? ¿Quién controla Correos? ¿Y si ocurriera un «apagón» informático? Todo se andará. De momento, la Agenda 2030 sigue adelante.
Lo curioso de las presuntas elecciones de Venezuela es que hayan sido muchos los mandatarios de la izquierda sudamericana que están convencidos del fraude de Maduro. Del descarado fraude de Maduro. Y frente a ello, también resulta curioso que la estrella de la pulcritud, nada menos que el representante de España, José Luis Rodríguez, Zapatero para más señas y ZP para los amigos, haya desaparecido de la escena mediática.
Resulta curioso que ZP no haya sido capaz de salir en los medios de comunicación y decir que el proceso electoral ha sido inmaculado. O, todo lo contrario. ¿Para qué sirve enviar a un observador internacional y defensor de los derechos humanos de tal valía, si cuando debe hablar desaparece? ¿Estará haciendo algunas gestiones particulares en el país?
Venezuela tiene mucho que esconder. Mejor dicho, España tiene mucho que esconder sobre Venezuela. ¿Se acuerdan de cuando Ábalos recibió a Delcy Rodríguez en el aeropuerto de Barajas? Nada más se supo de ello.
Repasando las redes tampoco uno encuentra mucha información ni en los medios de comunicación sustentados por el presupuesto público ni por las ayudas del Gobierno. Lo paradójico del caso es que la Televisión Española retransmitiera en directo el funeral del terrorista líder de Hamas. Vamos, que para enemistarnos de Israel no nos gana nadie, pero para defender la democracia en un país hermano como es Venezuela, mejor mirar hacia otro lado.
Como diría Cicerón, pro domo sua.
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