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Pedro Sánchez, en su balance antes de las vacaciones se mostró muy satisfecho, hasta el punto de asegurar que la economía va como un tiro. Casualmente, no se habían publicado aún los datos relativos al mercado de trabajo tanto en España como en la eurozona. Unas estadísticas que a cualquier gobernante le sonrojarían. No es el caso, claro. Sin embargo, nuestro país se ha alzado en julio, en plena temporada turística y de récord, con la mayor tasa de la zona euro. Es nuevo y demoledor que España sea el único país con una tasa de paro de 2 dígitos y que el paro juvenil sea del 25 por ciento, la más alta. De hecho, España es no solo líder en paro sino también en temporalidad. Un desastre es que el 58 por ciento de los parados sean mayores de 45 años. En cuanto a las afiliaciones a la Seguridad Social que no afiliados, vemos que baja la ocupación en términos interanuales. De hecho, es la tasa más baja en 10 años, exceptuando el 2020. Los cotizantes han caído en 9.800 cerrando el peor julio en 20 años. Han sido necesarios casi 9 millones de contratos para lograr que la ocupación de enero a julio suba en poco más de 325.000 personas. Por tanto, cada nuevo afiliado habría firmado una media de 27,5 contratos, unos 4 al mes.

Otros dos datos del mercado laboral español muy preocupantes y significativos se refieren por un lado a las horas trabajadas, ya que a estas alturas aún no hemos recuperado los niveles anteriores a la pandemia. La productividad está por los suelos (de hecho, el Gobierno ha creado un Consejo de la Productividad) y que ya casi 700.000 personas están pluriempleadas engordando, digamos «artificialmente», las afiliaciones a la Seguridad Social.