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Algunos de los movimientos políticos que se han vivido esta semana en este inusual verano cargado de actualidad parecen dibujar un punto de inflexión en las relaciones entre el Govern y el Gobierno. Este año de cohabitación entre dos gobierno antagónicos en los ideológico, el de Marga Prohens y el de Pedro Sánchez, ha estado marcado por la indiferencia. Apenas se han interpelado el uno al otro, no ha habido contacto más allá de algunos choques esperados en política. Llevan un año sin verse y sin hablar de los asuntos de interés para los ciudadanos de Balears –algo que no es bueno– y parece muy poco probable que el presidente aproveche su audiencia de esta semana con el Rey en Marivent para reunirse con Prohens, como ya le ha pedido la presidenta. Lo hacía con Francina Armengol, pero hasta el momento no hay noticia de que lo vaya a hacer con Prohens. El Gobierno recibió a Prohens con indiferencia y nadie del Ejecutivo asistió a su toma de posesión.

Ilustración: Zaca

Sin embargo, esa indiferencia mutua, con algunos roces menores, parece que mutará a un choque directo. Esta semana los dos gobiernos han dado un paso más y han anunciado que acudirán a los tribunales el uno contra el otro. Prohens amenazó a Sánchez con el Supremo para forzarle a convocar la Conferencia de Presidentes y la respuesta del Gobierno ha sido contundente: el ministro de Política Territorial ha anunciado que el Gobierno presentará un recurso de inconstitucionalidad contra la medida estrella de Prohens, el decreto de simplificación administrativa que, entre otras cuestiones, incluye la legalización de viviendas en suelo rústico. Ángel Víctor Torres avisó de que algunas disposiciones son inconstitucionales, no precisó cuáles, y dijo a Prohens que o se sienta a negociar o habrá consecuencias en forma de recurso. Eso ya no es indiferencia, ni por parte de Prohens ni de Sánchez; eso es ir lanzados al choque de trenes.

La legislatura parece haber dado un vuelco y a partir de ahora habrá que empezar a meter en la ecuación política balear las relaciones entre los dos gobiernos. A los presidentes autonómicos les suele ayudar políticamente el choque directo con el Gobierno y ejemplos ha habido en Balears de sobra, tanto del PP como del PSIB, pero esa falta de entendimiento puede tener consecuencias negativas para los intereses de los ciudadanos de Balears, con un bloqueo permanente de cualquier medida política que se pretenda hacer a uno y otro lado del Mediterráneo. Ya los estamos viendo con el tranvía y con el puerto de Palma, entre otros proyectos; a partir de ahora todo apunta a que irá a más a tenor del mensaje político que han dejado esta semana Govern y Gobierno.