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Después del atentado, Donald Trump acertó a decir: «es increíble que un acto así pueda ocurrir en nuestro país». Pues ya ve usted, en mi opinión tratándose de EEUU no solo es creíble si no hasta lógico. ¿Qué otra cosa se puede esperar de un país que lleva en su Constitución el derecho a portar armas? Fíjense que en muy pocos años se han producido más de 600 tiroteos ocasionando en algunos casos verdaderas masacres. En el año 2023 fueron asesinadas 20.000 personas, que se dice pronto. Un ciudadano norteamericano puede comprar y llevar encima un arma libremente. Lo que sí me sorprende es la venta de armas de guerra, no se trata de simples escopetas para tirar unos zorzales o un rifle de caza mayor para apiolar un venado o un jabalí… estamos hablando de rifles de asalto, en este caso el más usado en las matanzas indiscriminadas en ese país es un rifle semiautomático AR-15. Dicha arma se puede comprar, lo único exigible es la mayoría de edad. Con todo, eso no es lo peor. Se pueden comprar balas de diferentes calibres en máquinas expendedoras como si se estuviera comprando una bolsa de pipas. Algunos/as tienen en su casa un verdadero arsenal entre rifles de asalto, pistolas y revólveres potentísimos, como por ejemplo el ‘revólver cobra' que si la memoria no me falla, fue de esa marca el que compró el hijo de Biden.

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Así las cosas, en un ambiente armamentístico tan amplio, no puede extrañar que Thomas Matthew de 20 años, tuviera nada más y nada menos que un AR-15. Lo inexplicable son los fallos de seguridad. ¿Cómo pudo este individuo situarse sobre la techumbre de una especie de garaje a 150 metros de Trump que iba a dar un mitin? La seguridad dejó muchísimo que desear. Por otra parte estas son las horas que no se sabe con certeza si fue un trozo de cristal el que fue a parar a un pabellón auditivo del conferenciante. El asunto sería muy diferente si hubiera sido una bala la que realmente le alcanzase la oreja, porque las orejas suelen estar siempre pegaditas a la cabeza. Dicho de otra manera, si fue una bala, Trump estuvo a muy poco de que una bala asesina acabara con su vida.

Algunos presidentes (Barack Obama) han intentado sin éxito poner coto al afán americano de estar armados hasta los dientes. Si los datos que yo he cotejado son correctos, en EEUU hay 120 armas por cada 100 habitantes, hagan ustedes números en un país con más de 300 millones.  En cuanto a Donald Trump, el intento de magnicidio se ha reconvertido en un fervor exagerado hacia un verdadero trumpismo a pesar de todos los «líos» judiciales que a otro cualquiera le tendrían ya a buen recaudo. Luego los «interesados» se llenan la boca de afirmar que todos somos iguales ante la ley. Pues ya les digo yo ahora mismo que viendo lo de Donald Trump, lo del «procés», los de los Pujols, o eso de que el Tribunal Constitucional haya anulado las condenas a Chaves o a Griñán, pues qué quieren que les diga… cuando algunos siguen en la cárcel habiendo cometido una nimiedad. Les digo además que un ingreso en prisión no se da únicamente con una sentencia, en ocasiones puede darse como medida preventiva, cosa que para algunos, visto lo visto, es cosa inimaginable. Juzguen ustedes mismos.