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Cuando el internauta despertó, la guerra sentimentales vs intelectuales todavía estaba allí. Esta guerra se desarrolla, como casi todo hoy día, en las redes sociales. Para los despistados, vamos a tratar de resumir las posiciones. Los sentimentales quieren volarte el corazón; los intelectuales, la cabeza. Luego están los grandes, los que disparan con bazuca, pero incluso los grandes cojean de algún pie. En eso, son como todos.

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También hay que decir que la patológica necesidad de exhibir los gustos propios afecta por igual a sentimentales e intelectuales. Lo que cambia es la manera de exhibirlos, claro. Por lo demás, los intelectuales caen con mayor facilidad en el cinismo; los sentimentales, por su parte, tienen la desaconsejable manía de tomarse demasiado en serio. Los libros o las películas de moda, es decir, aquellos de los que todo el mundo habla, sean escorpiones o guitarras azules, son el campo de batalla ideal para el fuego cruzado, y para la fiesta. Buenos días.