«Cuando un pincel fotografía y una cámara pinta», ese es el eslogan de la exposición de pinturas de Carlos Mascaró y Damià Coll que actualmente se puede ver en el Espai Xec Coll de Ciutadella de Menorca. A primera vista, se deduce que la cámara pinta más rápido de lo que fotografía el pincel, pero esa puede ser una impresión errónea. El propio Damià Coll me dijo que, para obtener el efecto de pintura en sus fotografías, aparte de los trucos técnicos de un experto, se necesitan multitud de intentos hasta conseguir esas olas del mar que parecen peinadas raya a raya, esa visión tan personal del paisaje, tan propia, que por otro lado debe de ser lo bueno del arte. Observo que tanto en la obra expuesta de Damià Coll como en las pinturas de Carlos Mascaró casi no aparece la figura humana. Entonces, para expresar los sentimientos íntimos de cada artista, hay que buscar el alma de las cosas. Eso parece más fácil en los objetos de uso cotidiano que pinta Carlos Mascaró, pero también es posible según la elección de paraísos perdidos, donde el turismo no ha hecho mella, que lleva a cabo Damià Coll. Paisajes tal como eran antes de la «invasión» turística, paisajes «silvestres» que sin embargo son los paisajes más civilizados que se pueden encontrar, puesto que nadie ha abusado de ellos.
Les coses senzilles
Los trabajos y los días
16/07/24 4:00
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