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¿Cómo están queridos lectores? Espero que con las expectativas veraniegas colocadas en su sitio. Si son de los que podrán gozar de días de asueto que los disfruten al máximo, si por el contrario son de los que les toca trabajar más que nunca, por eso de la temporalidad del turismo, que sean lo más llevaderos posibles y que no cundan demasiado los estreses y los malos modos. Lo fácil es decirlo, ahora te vas a una camarera de pisos y le dices que no se estrese, lo menos que hará, y con toda la razón, es tirarte a la cabeza un juego de sábanas sucio.

Qué fácil es hablar, que difícil es actuar. Ahora uno pide públicamente las mejores condiciones laborales para toda la gente de hostelería y le tachan de demagogo, porque al parecer si tratas dignamente a los trabajadores algunos negocios no son rentables. La ideología neoliberal es amoral, justifican la explotación sin inmutarse, para ellos un modelo perfecto de producción sería una plantación de algodón con esclavos, que son mejor aun que los robots, porque a las máquinas hay que ajustarlas y cambiarles algún chip y a los esclavos con desecharlos cuando no rindan ya lo tendrían.

¿Y saben qué necesitan para que ese sistema cruel les funcione? Efectivamente, el miedo. Jorge de Burgos es el monje villano de la novela de Umberto Eco «El nombre de la rosa», el ínclito Jorge envenena con arsénico las páginas de un libro de Aristóteles sobre la comedia con la siguiente argumentación: «la risa mata el miedo, y sin miedo no puede haber fe, porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de Dios». Mis dieces profesor Eco.

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El poder sin el miedo del pueblo no es nada. Meten con embudo el miedo al inmigrante, el miedo a que te ocupen la casa, el miedo al diferente de lo heteronormativo, el miedo a que el hombre blanco pierda su estatus de privilegio, el miedo a la pobreza, el miedo ser un mediocre, el miedo a levantar la voz porque te cortarán la lengua, etc. Y con ese miedo y cuatro frases sacadas de alguna taza de Mr. Wonderful y de algún manual nazi de Goebbels han calado muy fuerte en miles de personas que andan más perdidos que un pulpo en un garaje y con más miedo que Pinocho en un aserradero. (vale, son frases superantiguas, pero me siguen haciendo gracia).

Cuando realmente de los únicos que debemos tener miedo son de los que mueven los hilos del mundo y de sus lacayos políticos, judiciales y represores. Los grandes villanos de la Historia son los que acojonan, ya sean nobles, reyes, líderes religiosos, CEOS de alguna multinacional, empresarios multimillonarios sin escrúpulos, multinacionales que manejan todos los recurso naturales y básicos a la mayor gloria de sus accionistas y a la mayor miseria del resto de la población.

Y la Historia también nos enseña que la salida a este laberinto injusto de infinita desigualdad no está en el individualismo, sino en la colectividad. No ha habido un solo avance en derechos sin un colectivo detrás. Como es verano empecemos por compartir las cervezas y las charlas pausadas con los amigos, fijo que algo bueno sale. Lúpulo y feliz jueves.

conderechoareplicamenorca@gmail.com