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Me parece mentira que Mahón haya perdido dos firmas tan vinculadas a la ciudad. A principios de 1960, en S’Arravaleta donde estuvo el estanco de los hermanos Remigio, la casa donde nació el gran pintor Pasqual Calbó, muchos se preguntaban a quién correspondía aquella tienda moderna y atractiva. Qué grato fue para todos conocer que se trataba de la familia Femenías Allés. El Sr. Salvador Femenías había conocido a su esposa en su estancia en la fonda des Camí des Castell, frente el estanco del Sr. Allés porta per porta. Despuntaba como gran modista de un público distinguido, mejor dicho eran todas las hijas del estanquero por un igual, cultas, con oficios diversos, incluso una de ellas fue durante un largo tiempo secretaria de su cuñado, cuando aquel se hizo cargo de la Agencia Exprés, sita en la calle Anuncivay, ocupando lo que un día fue la cochera de las caballerizas de la familia Oliver. En aquellos momentos el edificio de la destacada familia pertenecía al Sr. Victori de la calle de la Infanta por lo cual formó parte de la sociedad de la Agencia, que con los años se engrandeció y bajaron al Andén de Levante en un tiempo que Baixamar vivía un gran ir y venir de agencias y transportistas.
Aquella empresa se extinguió pero durante muchos años atendió a un gran público en el Polígono Industrial, con el trabajo de Teresita, otra de las hijas del matrimonio Femenías Allés.

Aquí deseaba llegar ya que desde el pasado sábado tengo en mi mente a la popular Magda de El Dique, la que sorprendió a todos con sus conocimientos de la moda, atenta a las nuevas tendencias y las marcas más famosas, con viajes continuos a Italia. París fue otra de sus fuentes inspiradoras. Tuvo que abrir otro comercio de mayores proporciones en la plaza Príncipe, en otro tiempo propiedad del Casino Mahonés. Allí atendió a distinguidos clientes de la Isla y también a ingleses, franceses, alemanes, que encontraban las nuevas tendencias de la moda a mejor precio que en sus ciudades de origen.

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Me despido haciendo hincapié con el refrán que dice «quien tuvo retuvo». Cuantos pasamos por el tanatorio nos asombramos al observar el detalle de buen gusto que se expuso en la despedida de nuestra buena amiga Magda, para recordarla en nuestro corazón con su belleza, su sonrisa cautivadora, su hablar que tanto la identificaba y tantísimas cosas más. La Virgen del Carmen se la llevó sin ruido ni estridencias, en paz.

Descansa en paz amiga.