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Después de estar unos días por aquí y por allá quiero contaros cómo avanza nuestro trabajo, el de la asociación People Help de la que formo parte, en cuanto al propósito de escolarizar a niños y niñas afganas que han huido de su país y que están en Pakistán a la espera de que un visado para «salir» de allí, les pueda dar una oportunidad.

Una oportunidad en el sentido más amplio de la palabra… porque esta infancia ha sido despojada de aquello que los afortunados hemos podido disfrutar en esa época vital.

Una infancia que les ha sido violentamente secuestrada pero no solo de lo que parecería ser más natural, como el salir a la calle sin miedo, el poder jugar en un parque sin miedo, el poder cantar y bailar sin miedo, el aprender a leer y escribir sin miedo… sino que también les han hecho asistir a la muerte de su familia, a la desaparición de su hogar y se han encontrado huyendo hacia un lugar desconocido donde tampoco les ofrecen lo que necesitan y merecen.

El miedo se ha apoderado de esas almas tan inocentes, el miedo en ellos y en el rostro de sus padres, un miedo terrible que forma parte de su día a día, el miedo a ser separados, el miedo a cualquier acto, a cualquier movimiento... Si así viven, o mejor así sobreviven los que tienen la suerte de escapar.
El miedo los tiene paralizados, aterrados ante algo que no pueden entender, pero a pesar de ello, hombres y mujeres afganas buscan una luz que les pueda guiar para salir de ese infierno.

Y estamos obligadas a intentar ayudarles…

No podemos olvidarlos, no tenemos derecho a mirar a otro lado o a decir ¿ y qué puedo hacer yo?... pues todos podemos hacer…

Mi trabajo consiste en escolarizar en Pakistán a esos niños y niñas que han podido huir de Afganistán y que están a la espera (a veces más de dos años, si lo consiguen) de que se les conceda un visado para empezar, lejos de su país, una nueva vida.

Pues como os decía, este proyecto que empezamos hace menos de un año ya ha dado resultado… hemos podido escolarizar en este corto tiempo a 46 niños y niñas… y es gracias a la solidaridad de muchas personas que están ayudándonos a hacer posible este sueño!

Un objetivo pequeño pero muy importante para esos niños y niñas y cada vez que escolarizamos a uno o a una nos sentimos más cerca de este sufrido pueblo y creemos que les abrimos la puerta a un futuro más justo… a pesar de que deba ser lejos de sus orígenes.

No podemos olvidarnos de Afganistán… sé que es un país lejano y muy pobre y que hay muchos lugares más cercanos donde también los derechos humanos son pisoteados... pero Afganistán ha sido abandonado a un seguro desastre, abandonado por todos y me parece que tenemos la obligación de hacer lo que podamos desde nuestro cómodo lugar.

Os animo a que os intereséis por esa infancia y cualquiera que quiera ayudar, ya sabe dónde encontrarme!