«La amnistía no cabe en la Constitución». Así se han pronunciado más de veinte personalidades del PSOE desde el 2018; algunos desde antes. Entre ellos cabe destacar, entre otros: Carmen Calvo, que fue vicepresidenta del Gobierno con Sánchez; Felipe González, que fue líder del PSOE y presidente del Gobierno; Juan Carlos Campo, que fue ministro de Justicia y actual magistrado del Tribunal Constitucional; Miquel Iceta, que fue ministro de Cultura; Fernando Grande Marlaska, actual ministro de Interior; Salvador Illa, exministro de Sanidad y actual líder del PSC, y así hasta llegar a más de veinte, como hemos apuntado al inicio del comentario.
El principal adversario, con responsabilidad política ejerciente, de conceder una amnistía e indultos a los golpistas catalanes fue, hasta el 23 de julio del 2023, el Sr. Sánchez, actual presidente del Gobierno de España por obra y gracia del fugado Puigdemont.
Desde el 23-J hemos visto que la amnistía ha pasado de ser un despropósito democrático, en boca de los líderes socialistas, a ser la pócima que traería la «paz», la «concordia» y el «bienestar» de los catalanes en particular y de los españoles en general. Para ello el presidente Sánchez, «catedrático de hacer realidad los principios de Goebbels», cambia radicalmente de discurso, engaña a todo el pueblo español, estafa a su propia militancia y concede a los enemigos de España indulto, amnistía y borrado de delitos juzgados y en vía de juicio, a todos los participantes del Golpe de Estado perpetrado en Cataluña el 1-O del 2017. Todo ello para poder ser investido presidente del Gobierno de España, una vez perdidas las elecciones frente al Partido Popular, y seguir así con su «Falcon» y los negocios familiares puestos en marcha. Si ello es corrupción y/o delito ya lo dirá la justicia.
Es importante recordar, aquí y ahora, que el Sr. Sánchez unos días antes de las Elecciones Generales del 23-J afirmó: «Que no iba a haber amnistía». Así lo manifestó el día 20 de julio del 2023 en el programa «Al Rojo Vivo» de La Sexta. También recordar que el 22 de noviembre del 2022 Pedro Sánchez manifestó: «El independentismo lo que pide, y lo saben ustedes, es la amnistía, algo que, desde luego, este gobierno no va aceptar y que, desde luego, no entra ni en la legislación y ni en la Constitución Española». Estas declaraciones también las pronunció en el programa «Al Rojo Vivo» de La Sexta.
Para más inri, también manifestó su oposición a la amnistía el 15 de septiembre del 2021, concluida la reunión, en el Palau de la Generalitat, con Pere Aragonés. En esta ocasión, «Pedro I el Mentiroso», como dice Luis del Val, manifiesta: «Tenemos posiciones muy distintas en el ámbito de cómo resolver esta crisis. Es evidente que para el independentismo, el referéndum y la amnistía es su propuesta. Igual de evidente es que para nosotros ni el referéndum ni la amnistía es posible; y no es posible porque no cabe en la Constitución». Remata esta declaración en sede parlamentaria, concretamente en el Senado, cuando manifiesta: «Hablar solo de autodeterminación y amnistía no es diálogo, es una imposición».
Llegados a este punto es curioso observar que todos aquellos «líderes», sean de ámbito estatal o regional del PSOE, que tenían y tienen la necesidad perentoria de mantenerse en el «machito» del poder han cambiado de opinión, al igual que su «puto amo» como dice, no lo digo yo, el inefable ministro de Transportes Óscar Puente. Es humano, les va su supervivencia política y sobre todo económica a muchos de ellos. No es el caso ni de Felipe González, ni de Alfonso Guerra, ni de Nicolás Redondo, ni de Joaquín Almunia, ni de Cándido Méndez, ni de Paco Vázquez, ni de José Luís Corcuera, ni de Joaquín Leguina, entre otros. Todos ellos siguen manteniendo su coherencia en denunciar que la amnistía es el mayor atentado perpetrado al Estado Democrático y de Derecho, desde la Constitución del 78. Por todo ello y más afirmó que la amnistía supone una alta traición a la soberanía del pueblo español y por tanto a España.
Para finalizar aprovecho este comentario para manifestar mi humilde, pero total y absoluto apoyo a su Majestad el Rey Felipe VI. No es de recibo que personas ilustradas e incluso algunos «gurús» del derecho, manifiesten que el Rey debía negarse a firmar la Ley de Amnistía. Si lo hiciera vulneraria la propia Constitución que, en su Artículo 91, le obliga a sancionar las leyes que surgen de las Cortes Generales.
Dice el Artículo 91: «El Rey sancionará en el plazo de 15 días las leyes aprobadas por las Cortes Generales y las promulgará y ordenará su inmediata publicación». Queda claro que quien obliga al Rey a sancionar las leyes es la Constitución. Queda claro que el Rey, como dice mi buen amigo y respetado general Fulgencio Coll: «No puede negarse a sancionar ninguna ley que haya sido tramitada legalmente». Igual de claro queda que la responsabilidad de las leyes es exclusivamente del Gobierno que las elabora, de los grupos parlamentarios que las debate y del Parlamento, Congreso y Senado, que las aprueba.