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No hace falta ser un entendido en música y canto para saber la enorme diferencia que hay entre ambos conceptos. Sin embargo parece ser que somos más propicios a decantarnos por dar el canto ya que para el primero se necesitan excelentes cualidades, trabajo y sacrificada dedicación y esos esfuerzos no van muy de acuerdo con determinados cantores de pacotilla, cuyas voces a gritos ensordecedores y gesticulaciones lo que solo pretenden es llamar la atención. Pero es culpa solo de ellos, ¿o también o más la culpa es de quienes los arropan, mantienen y promocionan? Por ejemplo tenemos el reciente caso de la okupa de ese apartamento de lujo auto bautizada o bautizada por otros como la okupa Beyoncé, famosa cantautora nacida en Texas.

Puesta esa profesionalidad adherida a la mencionada okupa, el resultado fue conseguir una popularidad inmerecida gracias al apoyo de determinada prensa y TV por un acto que no fue más que apropiarse de un bien ajeno, propiedad de otros. El Gobierno y las correspondientes administradoras deberían ofrecer más viviendas para que lo privado siga siéndolo. Con lo difícil que tenemos dejar huellas respetables en nuestro deambular por este mundo cruel y despiadado, a lo mejor deberíamos pensar si nuestros pasos son los equivocados y ver si cambiando a rutas más oscuras a alguien se le ocurre ponernos música y hasta pagarnos a tanto el quilo, porque por lo que estoy viendo por ahí van los tiros, tiros cada vez más practicados por muchos peligrosos franco tiradores.