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¿Cómo están queridos lectores? Espero que bien teniendo en cuenta que los voceros del apocalipsis no bajan el volumen ni para tomar aire. Nos quieren todo el día temerosos y enojados, porque en el miedo y en el enfado siempre ganan los malos, al menos en la vida real. En la de ficción podemos ver como Beatrix Kiddo, alias Mamba Negra, alias la Novia, interpretada por Uma Thurman, se va cargando uno a uno a los malotes, hasta llegar a Bill. Pero dejemos el cine, y el universo de Tarantino, para otra ocasión y vayamos al meollo de la cuestión de esta semana: el turismo termita acaba con todo lo que toca.

A ver si coinciden conmigo en la siguiente afirmación: Hola señor y señora turista son ustedes bienvenidos. Ahora bien, para que ustedes disfruten de nuestra bella Menorca, tal como se la han vendido, y nosotros podamos seguir viviendo en ella con cierta calidad de vida, tenemos que poner unas normas que nos favorezcan a todos. Porque el mercado no se regula solo ni de coña, por más que rebuznen los neolibelares y sus socios los ultraderechistas, los neonazis, los ultrarreligiosos más fanáticos y los nacionalistas más trasnochados. Así que regularicemos este tema buscando los consensos, o nos vamos todos al carajo.

Ahora parece que lo de la masificación del turismo es una cosa que ha venido del cielo, por castigo divino, que nadie tiene la culpa. No sé, llámenme tiquismiquis pero a lo mejor todos los gobiernos que hemos tenido en Illes Balears, dando licencias a cascoporro, dejando que se hagan hoteles y piscinas para alojar y que se remoje el culo todo el hemisferio norte, riéndose de los que exigían decrecer y parar esta locura, despreciando a los que decíamos que moriríamos de éxito, poniendo el foco en la okupación cuando el problema es el alto precio de la vivienda y su acumulación-especulación por los fondos buitres, dejando que crezcan alojamientos ilegales de todo tipo, o que se cobren 600 euros por dormir en un balcón, algo habrán tenido que ver con toda esta degradación.

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No me creo nada del poder, el caso es que ya han admitido que vamos tarde y este verano nos comemos la masificación a lo bestia. Porque las cosas del palacio van despacio, y las medidas, si llegan, ya serán para el año que viene, o para el siglo que viene, o para otra vida, total, igual nos traga el mar antes. En Menorca alcanzaremos los dos millones de visitas este año, basta con que la mitad de ellos venga con sobrepeso, o con las maletas muy cargadas, como para que provoquemos unos movimientos tectónicos debajo de Es Mercadal, la isla se hundirá unos metros y el agua llegará hasta las mismísimas antenas de Monte Toro. Problema resuelto.

A partir de aquí nos podremos promocionar como la nueva Atlántida. «Menorca, la isla sumergida que no te puedes perder, Contrata nuestros maravillosos tours en submarino para disfrutar de las bellas vistas de la que en tiempo fue conocida como Isla Talayótica y Reserva de la Biosfera. Degusta nuestra famosa sobrasada de algas y saborea nuestra famosa bebida la ‘pomada' elaborada con plancton».

Si alguien tiene la tentación de ponerse un mono amarillo con rayas negras, aprender a usar una catana y poner un poquito de orden ante tanto desbarajuste, que lo olvide. No somos Uma Thurman, ni esto es una película de Tarantino, así que mejor seguir con la protesta pacífica, porque los violentos, excepto en el cine, nunca tendrán la razón. Lúpulo, mejor si es el de la Grahame Pearce antes de que nos hundamos, y feliz jueves.

conderechoareplicamenorca@gmail.com