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Con qué rapidez llegamos al quinto mes del calendario, parece que fue ayer que desprendíamos la primera página del mismo, la que a modo de felicitación desea lo mejor y venturoso para el nuevo año el que se va a iniciar. Lo decían nuestros mayores, sa vida és un buf. Pasamos Carnaval, la Cuaresma y la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, nos encontramos en una de las épocas más bonitas, las primeras comuniones, añoramos las antiguas procesiones del Corpus, la del Sagrado Corazón de Jesús, la que recorría nuestra ciudad saliendo de la parroquia del Carmen con su patrona, aquella preciosa imagen que desde lo alto del presbiterio, auténtica balconada, bendice a sus feligreses. Añadir que la iglesia se encuentra algo renovada, está preciosa con su nueva decoración, como dirían los que entienden del tema. Aprovecho para felicitar a dos de sus feligreses, Martínez y Manrique, siempre dispuestos en la rehabilitación, bien sean capillas, imágenes y cuanto precise de su restauración.

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La vida continúa, los mayores observan el paso de los patinetes, algunos con discreción a paso correcto, otros con altivez cuando se encuentran patinando sobre el paso de peatones reclamando se les deje vía libre, creyéndose son la autoridad. Sigo pensando no es justo que los coches deban pararse por los mismos, faltaría más, creyéndose los reyes de la calle, y no digamos los que transitan sobre la acera ofreciendo algún susto cuando llegan por detrás, cuando el viandante no los había visto y mucho menos escuchar el «ronronear de sus ruedas». Tampoco se salvan de la crítica las bicicletas, hoy por hoy los reyes de las aceras, importándoles cuatro pitos a los que transitan por la derecha y creen ir correctamente sobre la misma ellos, los modernos pedalean a toda velocidad, algo que jamás se había visto. No obstante, no todos los ciclistas actúan mal ni fer-hi prop, es más, admiro a los padres que han incorporado una sillita que les permite dejar a su pequeñín en el cole, estos sí saben y cumplen el catálogo de instrucciones a seguir.

Así vamos pasando la vida observando el devenir de la ciudad, no pudiendo finalizar con un punto y final si antes no les cuento la sorpresa de este martes 7 del corriente, una gran cola ante la escalinata de nuestro ayuntamiento sorprendiendo a cuantos paseábamos por el lugar, la bajada por la misma con un gran cubo, el mismo que deberá ser llenado por la basura doméstica, gran error por parte del individuo que concibió tal idea, considerándola desgavellada. La sorpresa no acabó aquí, de regreso a sus hogares y al paso por la céntrica ciudad se les vio tal cual fueran de paseo por la cuesta Hannover, Ravaleta y Nueva, las gentes se los miraban con gran sorpresa, los dichosos cubos son tan grandes que no pasaban desapercibidos ante la cantidad de paseantes, visitantes y extranjeros que, a pesar de tan solo encontrarnos a mayo, son muchos, cosa que nos alegra.