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Discrepo de la versión oficial que se pretende establecer: dar la espalda a la libre elección de lengua en los colegios Balears es lamentable y una verdadera desgracia para una sociedad que se pretende abierta al mundo. Que una gran mayoría de colegios menorquines se hayan posicionado en contra de aplicar esa libertad que propone de forma tan tímida el actual Govern balear es pegarnos un tiro en propio pie.

Todos los miembros de la casta catalanista, y sus terminales mediáticas, tan colaboracionistas ellas, se han alegrado sobremanera por quererse impedir que los padres puedan decidir la lengua en la que quieren que sus hijos sean educados. En Menorca, al menos, parece querer imponerse la dictadura lingüística que tanto éxito, dicen, ha tenido hasta el punto de haber situado a nuestra isla en el último escalón del fracaso más sonado de toda Europa según repite, y nos recuerda periódicamente,    el informe Pisa. Si Balears ocupa el último lugar del ranking europeo en éxito educativo, Menorca es el furgón de cola. Un éxito sin precedentes que naturalmente merece fortalecerse para alegría de sus causantes.

Inasequibles al desaliento, y asociados al más puro estilo del Alcoyano C.F., los recalcitrantes invidentes demuestran querer persistir en un error que, maquillado y    trufado de mentiras y manipulaciones, se tiene que presentar como    un modelo de éxito para mantener el pesebre creado. El STEI, sindicato extremista que dicta la postura a tomar por los colegios, es de tendencia nacionalista e independentista. Así lo demuestran sus constantes apoyos a todo lo que suene a separación de España. Y prohibir el español es una de sus hazañas.

La educación balear está politizada hasta la médula y es la herramienta perfecta para introducir afectos y desafectos según convengan políticamente. Formar al nuevo hombre balear pancatalanista es su finalidad, su misión educativa, y por eso, los pocos profesionales que no comulgan con estas ideas son apartados sistemáticamente de las decisiones que se toman según cálculo político en favor de aquella finalidad.

El débil soporte con que hasta ahora ha contado la libre elección de lengua viene dado, además, por la forma como se ha planteado. Es obvio que los llamados proyectos lingüísticos que cada colegio aplica según criterios propios son un retroceso en la igualdad de todos. La enseñanza debe ser estatal e igual, universal, para todos los colegios de toda España. Basta ya de proyectos lingüísticos unipersonalizados a favor de conveniencias regionales, ideológicas y políticas.

En Balears todos los colegios deberían impartir sus clases repartidas en las tres lenguas que se utilizan en las calles de nuestras islas para adaptarse a nuestra realidad: una tercera parte en español, una tercera parte en inglés y la otra tercera parte en las modalidades lingüísticas de cada isla... para salvarlas del hundimiento como kilómetro 0 cultural que nos es natural. El estimado catalán estándar, el barceloní, debe de quedarse, tranquilo y protegido, en su lugar de procedencia. Sí, debe de existir un único proyecto educativo nacional. Deben de recentralizarse la educación. Todo lo demás es dar vueltas a una peonza que no solucionará nada.

Querer anular la enseñanza del español en una parte de España es ridículo aunque sea practicado con fanatismo yemení por algunos medios y buena parte de los políticos acomplejados locales que solo se preocupan de su fin de mes. En fin, todo será palabrería hueca hasta que ganen las elecciones quienes no tengan complejos y quieran realmente solucionar la falta de libertad. Eso, la libertad.

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Notas:

1- En el acto celebrado por Iniciativa por Mahón el pasado jueves en el Ateneu, coincidieron los dos intelectuales y escritores más cosmopolitas que tiene hoy Menorca: Juan Hernández Andreu y Luis Alejandre Sintes. Un honor.

2- ¿Se imaginan el coste que tendrán las conferencias telefónicas de los líderes huidos del Procés tras 7 años de habladurías y conspiraciones telefónicas desde ‘fora vila’? La Marta en Suiza pasándose el día hablando con sus adláteres del .cat para que no la defenestren y el Carles ‘en Waterloo estando’ parloteando todo el puñetero día con Sánchez para ver quién engaña mejor a quien. Un dineral. Y como dijo Josep Pla asombrado ante la iluminación nocturna de Nueva York «¿I tot això qui ho paga?».

3- La mala imagen que proyecta el catalanismo radical en Balears se debe a que desprecian nuestras modalidades isleñas que son las que nos dan personalidad. En su mano está cumplir con el estatuto de autonomía que obliga a preservarlas por dar carácter a nuestra tierra. Y no se hace. De ahí vienen muchos de los problemas de simpatías y antipatías. Lo de Real o Reial es una anécdota.

4- Vox está muy activo últimamente en Menorca consiguiendo, dicen, muchos nuevos afiliados. Será interesante ver cuántos votos sacan en las europeas.

5- Unos amigos catalanes, gente normal, con casa en Menorca, pagaron más de 500 euros por los billetes de avión del pasado finde.    Sugieren    que quien pague IBI aquí también tenga acceso a algún tipo de descuento.

6- Otros amigos, de izquierdas puras, lamentan que haya sido la izquierda menorquina y el ecologismo radical quienes impidan al pueblo poder disfrutar del campo. Solo los muy ricos pueden adquirir propiedades ‘al aire libre’. A veces la excesiva protección desiguala a las personas. Pero ya se sabe: ‘unos son más iguales que otros’.

7- ¿Cómo puede pasarse tanto un gobierno que ha acusado de drogadicción al presidente argentino si este, en revanche, se hace portavoz de millones de españoles que solo quieren treure es net de la mujer del cambiador de opiniones? Ni ataque a España ni a los españoles, solo petición de limpieza informativa. Háganselo mirar.