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Vísperas: Mientras esperábamos saber si el Gobierno respetará la voluntad de empresas que quieren comprar las acciones de otras según las reglas de mercado y mientras esperábamos el desenlace de una posible prevaricación de unos fiscales en el caso de la pareja de Ayuso, nos hemos entretenido con el decadente espectáculo de Eurovisión. Una competición convertida ya en una astracanada ridícula para descubrir quién es el más paleto y el mejor disfrazado de imbécil crónico. Una orgía de estupidez perfecta. Sí, y mientras hemos padecido otra jornada de reflexión de esas en las que los candidatos se emborrachan de ansiedad y falsa apariencia de templanza a la espera de conocer su futuro inmediato en la noche dominical del día en que el partido mayoritario será otra vez una abstención que volverá a ganar esas elecciones.

Lo que realmente se jugaba el domingo no es solo la gobernabilidad de Cataluña sino también la de España. A nivel regional ya se sabía que continuaría el barullo, la farsa y las componendas interesadas fuera quien fuera el que finalmente se hiciera con el    premio gordo de la Generalitat, esa sucursal del Reino de España.   

La campaña confirmó la cobardía sin fin de un Puigdemont revivido por Sánchez que volvió a incumplir su palabra de aparecer quansevol dia por la tierra cuyo estatuto traicionó hace 7 años. Entre pillos anda el juego, entre Sánchez y Puigdemont (recuerden lo del dentista «¿no nos vamos a hacer daño, verdad?») los dos se tienen cogidos por sus partes: uno con sus 7 votos y el otro con la Ley de Impunidad.

En la campaña electoral el nacionalismo y los partidos de izquierda han hablado de ‘tonterías’ que no han cumplido durante sus años de poder. Pura demagogia. Mientras, los otros, y a pesar de los intentos por esconderlos o disminuirlos, pusieron en debate las realidades que más preocupan hoy en Cataluña: la baja natalidad local, la inmigración ilegal y las ‘okupaciones’ de viviendas particulares consentidas por la debilidad de unos gobernantes demagogos y apresados en su progresismo de pacotilla.

Aquí el original era Vox mientras el PP, un saltimbanqui ideológico que en los últimos días, y ante las malas encuestas que se iban publicando en secreto (Andorra, Australia...) fue modificando su estrategia alejándose del compadreo constante de Feijóo con «La Vanguardia» y el Círculo Ecuestre. ¿Se produciría el sorpasso del PP a Vox como cuarta fuerza local? Podría ser aunque la mejora vendría mejor desde la vertiente de C’s.   

Aclarando:    es una pena que un tipo de gente nunca volverá a votar al PP porque no se lo permite el propio PP. Al menos hasta que definan por fin su posición ante lo que esos votantes creen nuclear. Es decir hasta que el    partido no pase a manos de Ayuso o Cayetana Álvarez de Toledo, las dos únicas que pueden clarificar sus premisas y unificar a la derecha liberal española.

En Cataluña hay una inmigración que no se integra sino que mantiene su identidad, sus calendarios socio-culturales propios y sus señas de identidad (pañuelos, velos, desdén por la mujer, normas alejadas de la cotidianeidad occidental, etc). Ya hay comarcas en las que la inmigración supera a los autóctonos y donde el 36 % de la población ha nacido fuera de España. Tratar ese tema no es racismo sino advertir sobre culturas y valores diferentes. «Se ha dado la paradoja de que el separatismo (recuerden a Angel Colom de ERC) ha acogido al islamismo    como compañero de cama para conseguir la República y lo que obtendrán será un Califato».

A quienes nos gusta mucho la catalanidad de una tierra tan maravillosa de quien admiramos a sus mejores representantes (Salvador Dalí, Montserrat Caballé, Albert Boadella, José Carreras, el Dúo Dinámico... Josep Pla, Arcadi Espada,...) nos duele el catalanismo politizado, esa obsesión que la está descapitalizando, la está empobreciendo y la está despersonalizando.   

Noche de autos, domingo 12, 11 de la noche. Impresiones: Felicidades a los burgueses del PSC que consiguen seguir controlando los círculos obreros del extrarradio barcelonés. Gran mérito. Apropiarse del discurso de Vox ha permitido subir al PP. Felicidades. Tregua para Feijóo. Una pena lo de C’s: el error histórico de los 36 escaños desperdiciados no pudo superarse. El nacionalismo adelgaza de forma radical. Al fin. El partido del    «aragonés» sufre un descalabro frente al del evadido del capó. Vox sigue estando. Mérito. Los comunistas no Suman más de 6 pero pueden ser complementarios. Los anarquistas cuperos pierden copas. Los fascistas muestran dos orejas. Y todo queda abierto. Empieza el mercadeo y el chantaje. El poder se ganará en los despachos. Todo es posible: Tripartito, Puigy al poder, nuevos comicios, excentricidades políticas, etc. El resumen visto desde Mahón es que Magón no era catalán.

Notas:

1- Más allá del ruido mediático todos los votos emitidos por tele espectadores españoles de Eurovisión fueron en favor de Israel.

2- ¿Por qué ha votado el PP a favor del catalán y en contra de enaltecer las características baleares? ¿Cuándo rectificarán su error de 1983? Ya dura demasiado.

3- ¿Se atreverá también a votar contra el Rey para pedirle que ampare las reivindicaciones de la izquierda separatista? Sería el fin del PP balear que dejaría el campo libre a Vox.

4- Varios ayuntamientos mallorquines han cambiado ya en sus sedes electrónicas la denominación de ‘catalán’ por ‘balear’ como idioma de gestión (Sineu, Valldemossa, Bunyola...). ¿Cuál será el primer ayuntamiento menorquín que se sacuda los complejos y rechace la infame imposición colonialista de todos estos años?

5- Varios de los aparcamientos del Parking de davall Sa Plaça en Mahón han sido afortunadamente redimensionados. La especulación del espacio original hacía casi imposible la maniobra. Al fin. Enhorabuena.